Lunes 13 de febrero de 2023

Una previa sobre política y periodismo.

Fuente: TOT BARCELONA

La semana pasada estuve más tiempo de lo que ahora suelo estar en Barcelona. El motivo fue la presentación de tres libros. Actos en los que me he encontrado a muchos políticos y periodistas conocidos. Personas de mi pasado, para nada de mi presente, a los que les cuesta tratarme desde la perspectiva de mi situación actual, o simplemente no pueden hacerlo, porque la desconocen. Tiene su lógica. Desconocen mis prioridades, y lo que a ellos les ocupa, a mí ahora no me motiva excesivamente.

Los periodistas tienen que escribir (o comunicarse de una forma u otra), ya que es su profesión, su medio de vida. Cuando me los encuentro, algunos me interpelan, como si yo fuera el de hace quince, veinte, treinta años. Como si fuera como algún colega mío de entonces, que, a día de hoy, sigue viviendo y actuando, si no igual, por los efectos lógicos del paso del tiempo, de forma muy similar a hace tres décadas. A partir de ahí, el riesgo de que cualquier cosa que diga, interpretada desde maneras de ver la realidad, que nada tienen que ver conmigo y con mi forma de vivir y de pensar actual, o retorcida hasta poder usarla para apoyar sus tesis (en ocasiones preconcebidas, manías), en la medida en que, particularmente, la actualidad, ni me entusiasma, ni la sigo con mucho detalle, el resultado puede ser una manipulación de mis palabras, más o menos intencionada.

Hay realidades fáciles de entender para la mayor parte de los ciudadanos, no sé si normales o no, pero, en cualquier caso, representativos de la mayoría de ciudadanos. Muchos desconectados de la política y, sobre todo, de los políticos. Pongo un ejemplo.

Si yo digo, sinceramente, que Barcelona da, literalmente, asco, que está sucia, que huele mal, que en el barrio donde todavía paso 48 horas escasas a la semana, todo se organiza en torno a la vida y los intereses de un tipo de turismo, que ni me entusiasma, ni creo que responsa a un modelo bien pensado… Si digo que en el supermercado Condis situado a 100 metros de casa, los empleados no me entienden ni en catalán, ni en castellano, que si entro en una manzana interior del Eixample, “recuperada”, está llena de jeringuillas usadas y unos cuantos pinchándose… Si digo que cuando te acercas a la entrada de este parque, la peste a meado te echa para atrás. Que si, a pesar del olor desagradable, entras, si quieres colocarte con “maría”, solo tienes que respirar con normalidad el aire del túnel de acceso, que va de la calle al parque. Si os digo que, si a pesar de eso, aprovecho un día con menos afluencia de drogadictos, y entro con mi nieto hasta un extremo del parque, donde hay arena, para hacer castillos como en la playa, y que acabo yéndome cuando, cada tres veces que saca arena con las palas, sale un excremento (supongo que de perro. Supongo…), si os digo todo esto, os lo podéis creer.

Añadid que tengo que estar contento porque en la calle Consell de Cent, donde tengo el apartamento, están haciendo una “superilla” (supermanzana) y disminuirá el tráfico y, por tanto, la humareda de los coches y el ruido. ¡Ahora bien, intentad circular por la alternativa más cercana, la calle València, y pedid a los “próceres de la descontaminación a pedazos” de las supermanzanas, que midan las emisiones —y los decibelios— de la cola interminable de coches atascados, arrancando y deteniéndose constantemente! Preguntad a los vecinos de la calle València cómo ha cambiado su vida desde que todo está empantanado con las obras de la supermanzana de la calle Consell de Cent.

¿Estáis pensando que por qué no me desplazo en transporte público? Bueno. En mi caso, puedo deciros que, según donde tenga que ir, aún… Ahora bien, pedid a los ciudadanos que no pudiendo ni comprar, ni alquilar viviendas en Barcelona, tienen que irse a vivir al área metropolitana, que os respondan a esta pregunta.

La mayoría de barceloneses no se dedica a ir en coche por la ciudad. La mayoría de los que veréis parados en atascos, en la calle Aragó, o València, o en la Diagonal, o en las Rondas, o en la Gran Via, vienen de fuera o intentan salir de la ciudad. Y no es que les guste estar en atrapados, ni pagar la gasolina al precio que va. Es que las alternativas que ofrece el transporte público, a la mayoría, no les sirven. Y esto no es culpa de Ada Colau (citada queda), pero sí la inconsciencia que supone ponerse a colocar obstáculos de todo tipo en la circulación, sin que estos problemas estén resueltos.

Yo, hasta ahora, cuando estoy en Barcelona, voy en moto (si viviera aquí con continuidad, iría en bicicleta eléctrica, como voy por las Terres de l’Ebre). Bueno, pues acabo de recibir una multa de 100 euros por circular a 35 km/h, en la calle Entença número 155, donde se debe circular a 30 km/hora… Esperemos que no reduzcan más la velocidad. Me quiero asegurar de que Colau sabe que para ir en moto y no caerse, hay que hacerlo a una cierta velocidad mínima…

¿Seguimos? ¿Queréis que vayamos a dar una vuelta por el Raval y escribimos aquí lo que encontramos? Mejor lo dejamos…

Anoche tuve un sueño extraño. Un periodista de esos con los que traté hace treinta años, cuando yo era miembro del Govern de Jordi Pujol, se sorprendía de que hubiera acabado formando parte del colectivo de “descerebrados” que nos habíamos dejado “engatusar por el hooligan de Puigdemont”, transformándonos en independentistas soñadores. Me extrañaba que el periodista no recordara que yo siempre lo había sido…

A partir de ahí —desconociendo absolutamente mis motivos estrictamente ciudadanos para implicarme en cualquier iniciativa destinada a que la alcaldesa Colau deje de serlo—, el hombre se desesperaba, viendo que, por si no había suficiente, en un ejercicio de incoherencia

Fuente: VILAWEB

preocupante, casi de esquizofrenia, agradecía a un “miserable convergente”, conservador, como Xavier Trias, que optase a ser alcalde de Barcelona.

Encima, para rizar el rizo, independentista acérrimo como soy, me iba a una presentación de un libro del Muy Honorable Jordi Pujol, que nunca ha sido independentista. El día antes fui a la presentación del libro de mi amigo y, hasta hace poco, concejal de ERC en Barcelona, Miquel Puig, pero este hecho no le interesaba al periodista de mi sueño.

Por último, que no fuera a apoyar a Laura Borràs en el juzgado, para el periodista onírico parecía un indicio probatorio, definitivo, de su tesis o manía. Que yo no fuera militante del partido de esta señora, aunque no la conociera de nada, ni siquiera hubiera hablado nunca con ella, no variaba en absoluto lo que quería demostrar el periodista en cuestión. Del mismo modo que no haber hablado nunca en la vida con Jordi Turull, tampoco cambiaba el hecho de que, siempre según el periodista, mi comportamiento demostraba que el partido Junts per Catalunya no sé qué problemas decía que tenía. Resulta que, a partir de mi conducta individual, analizada por quien era yo hace treinta años, en el sueño yo me convertía en el paradigma de un conjunto de individuos, supuestamente suficientemente comparables conmigo, como para ser considerados como una muestra representativa de un universo, en este caso un partido político, Junts per Catalunya, en el que yo no milito… Todo resultaba muy raro.

Yo acababa encerrado en un centro, que no estaba claro si era una cárcel o un manicomio, porque los psiquiatras iban con toga y tricornio de Guardia Civil. Acto seguido me despertaba.

Cuando me desperté, confieso que me quedé preocupado, ya que todos los hechos descritos han sucedido y, teniendo en cuenta el modo en que se retuercen las cosas hoy en día, a gusto de quien sea —en el sueño, de un periodista —¡este sueño podría ser real!

Imaginad cómo puede “adquirir consistencia” esta curiosa manera de interpretar “la actualidad”, a partir de un hecho aislado, consistente en una supuesta trayectoria personal incoherente.

Sí, verdaderamente, aprecio mucho a Carles Puigdemont desde que, independentistas como éramos, somos (y ojalá algún día ya no tengamos que serlo más), a principios de 1980, lo fui a ver a Girona para acercarlo a la visión que teníamos los fundadores de la Joventut Nacionalista de Catalunya, de cara al congreso fundacional que celebramos en Platja d’Aro, en abril de 1980. Si resulta que, además de ser amigo de Carles Puigdemont, soy amigo, muy amigo, pero mucho, desde hace 40 años, de Xavier Trias, pues pobre de mí. Qué esquizofrenia, ¿verdad?

Pero, claro, también soy amigo de Quim Forn, y de Josep Rull, y de Jordi Sánchez. Y me he sentado a cenar y me he reunido varias veces con Oriol Junqueras. Y conozco a Dolors Bassa, a Raül Romeva y a Toni Comín (con quien tengo una comida pendiente). Y soy amigo de Meritxell Borràs. Y fui a la presentación del libro de Pujol —a quien nunca he dejado de admirar y reconocer— el pasado miércoles.

Más aún. Soy muy amigo de Anna Grau, de Ciudadanos, la aprecio mucho, y aprecio y he compartido muchas cosas con Ernest Maragall. Como aprecio enormemente a Sara Jaurrieta, Joan Clos… y no sé a cuántos amigos socialistas (admiro especialmente a Jordi Valls, exalcalde socialista de Manresa, exconseller del tripartito y ahora responsable de Mercabarna). Olga Pané, asesora de Salvador Illa y candidata a consellera de Salud en el caso de que Illa hubiera llegado a ser President, es una íntima y querida amiga. La seleccioné como gerente del Parc de Salut Mar de Barcelona. ¿Acaso debía elegir a un independentista, un convergente o alguien de Junts per Catalunya, para demostrar que no soy esquizofrénico?

También aprecio mucho a Joan Coscubiela de CCOO que, amablemente, hace pocos días, debido a la imposibilidad de obtener cita electrónica con la Seguridad Social, tuvo la amabilidad de aclararme todas las dudas sobre los distintos tipos de jubilación. A base de negociar y negociar, hice buena amistad con Imma Mayol, de Iniciativa per Catalunya. Y aprecio y tengo un cariño especial a la alcaldesa de mi pueblo de adopción, Cinta Llaó del Perelló, de ERC, a la que votaré el día que me empadrone aquí, si es que se presenta. Teniendo en cuenta lo expuesto, ¿acaso debo ir al psiquiatra?

Dicho esto, por amiga que sea Anna Grau —que lo es— no voy a votarla. A los Comuns y a VOX, no voy a votarles por principios, y a los de la CUP (que no sería imposible que los votara), no los votaré porque no sería un voto útil. Ni votaré al bueno de Ernest Maragall, ni a Collboni, porque solo votaré a quien, teniendo posibilidades de ser escogido, tenga la seguridad de que no contribuirá a hacer alcaldesa a Ada Colau. ¡Me da exactamente igual si es independentista o no!

Cierro el círculo diciendo que, aparte de no tener ninguna militancia política, el día a día de los partidos, visto de lejos, me produce cierta inquietud. Me parecen maquinarias anacrónicas, en riesgo de que acabe predominando un exceso de mediocridad. Me sabe mal por los periodistas que tienen que escribir, día sí y día también, sobre esta triste realidad. Ciertamente un atenuante para justificar —siempre que no hagan un uso abusivo— determinadas carambolas y tejemanejes, hechos con el fin de explicar algo verosímil, que a la vez permita vender suficientes periódicos digitales, de papel o de lo que sea, para que el dueño no prescinda de ellos. Pero me temo que la reinvención del periodismo es tan urgente, o más, que la de la política.

En el panorama actual, lo peor que he sufrido, personalmente, es la desinformación premeditada, de base ideológica. Cualquier persona, también los periodistas, tiene sus valores, que pueden corresponderse con ideologías políticas de un tipo u otro. Faltaría más. Pero cuando esto pesa tanto, que llega a deformar la realidad… Entonces hay que usar palabras inglesas, como fake, para evitar reconocer que “mienten

Fuente: R7

como bellacos”.

Un buen amigo me dio un buen consejo que recomiendo tener en cuenta: “No se puede hablar con periodistas, que hacen de la especulación fácil, su mecanismo de ingresos ordinarios”.

Que Dios (y Xavier Trias) haga más que nosotros. ¡Amén!

NORMES DE PARTICIPACIÓ

Els comentaris estan subjectes a moderació prèvia, per la qual cosa és possible que no apareguin publicats immediatament. Per participar és necessari que t'identifiquis, a través de nom i d'un correu electrònic que mai serà publicat ni utilitzat per enviar correu spam. Els comentaris hauran de ser sobre els temes tractats al blog. Com és lògic, els que continguin insults o siguin ofensius no tindran espai en aquest blog. Els comentaris que no compleixin aquestes normes bàsiques seran eliminats i es podrà vetar l'accés d'aquells usuaris que siguin reincidents en una actitud inadequada.
L'autor no es fa responsable de les opinions i informació continguda en els comentaris.

7 thoughts on “SEMANA DEL 6/2/2023 AL 13/2/2023. HECHOS PÚBLICOS, SENSACIONES ÍNTIMAS (1)

  1. Xavier Ranera Cahís dice:

    Magnific article Josep Maria!

    Entenc que tinguis amistat amb tants politics de diferent ideologia. Va amb el teu tarannà bomhomiós i molt respectuós.

    Trobo l’article molt inspirat, àgil, ironic i divertit. Sobretot intel.ligent

    1. josepmariavia dice:

      Moltes gràcies Xavier. A propòsit del que em dius, reprodueixo un fragment d’un missatge que m’ha enviat, qui era una de les meves secretàries, en una de les èpoques que vaig treballar amb Xavier Trias. Diu:
      “…En fi….no ho arreglarem….com molt bé dius, abans coneixíem gent de tota mena….jo ho recordo amb la LOSC, no es veia aquella gent com enemics…cadascú pensava el què pensava però és feien els pactes sense acritud….

      Recordo, quan estava a la conselleria, que quan es tornava del parlament es venia amb encàrrecs i gestions per tot tipus de diputats de tots els partits….i s’executaven sense més o amb ganes….”
      Aquest era el nostre tarannà. El de Xavier Trias i el seu equip. Això de la LOSC, que diu aquesta noia, és la Llei d’Ordenació Sanitària de Catalunya. Em vaig passar un any negociant-la amb tots els partits polítics, sindicats, col·legis professionals, associacions d’usuaris… La vàrem aprovar al Parlament amb el vot de tot els partits i només l’abstenció del PSC, per una rebequeria entre ells i Iniciativa (o no sé si encara era PSUC). Sinó la haguessin votat. Encara avui, és vigent!
      Però teníem bon rotllo entre tots. L’amistat d’en Xavier Trias amb en Joan Clos, la meva amb qui era la seva ma dreta, Pepe Cuervo i Xavier Casas, això, va facilitar molt que la sanitat a Barcelona funcionés bé i sense tensions.
      Quan estava a Presidència, vaig participar en les negociacions de la Carta Municipal de Barcelona amb l’Ernest Maragall i ens vam posar d’acord. Si no hi arriba a haver en Trias a Presidència, en Pujol mai s’hagués posat d’acord amb l’Ajuntament de Pasqual Maragall. I al final què? Saps què? Que tanta estima sento per una persona amb Alzheimer (estic orgullós de formar part de la Fundació Pascual Maragall), com del vell Pujol que amb els seus 93 anys i havent superat un ictus, encara encoratja a tothom i, especialment als joves, a lluitar. A lluitar pel país, a lluitar pel futur.
      El que compte és estimar les persones i sumar. Les batalletes estúpides entre els polítics actuals que fan que els periodistes no tinguin més contingut que la misèria humana per difondre, configuren un panorama molt allunyat del que vaig tenir la sort de viure.
      I pensant en Barcelona, Trias és d’aquells. Colau és d’aquests. I amb tot el respecte personal, pel bé dels ciutadans, desitjo que deixi l’alcaldia i pensi on pot contribuir millor al bé comú. Segur que hi ha llocs millors per a ella.

  2. Et felicito, Josep Maria. A part de ben escrit e intel·ligent, dius coses cabdals per la salut democràtica i fins i tot econòmica del país : “El que compte és estimar les persones i sumar.” També en política – o especialment en política. La vida humana es massa breu per aportar solucions a tots els problemes (que a vegades proliferen i fan mutacions com les cèl·lules canceroses). I la gran majoria de solucions han de ser consensuades de forma amplia . La alternativa no democràtica es imposar-les. Això ja ho vam viure malament (uns quants “veterans”) a la dictadura; i pel que sembla es de nou la gran i greu batalla geo política global actual entre el món basat en “democracies” o en la dictadura/autarquia? A + del màxim consens polític, la majoria de solucions als problemes seriosos de la gent requereixen temps. Recordo en Conseller Trias acabar sovint les seves propostes amb la frase o continguts “en deu anys”.. amb molta raó .

    1. josepmariavia dice:

      Gràcies pel comentari, estimat company. Ningú millor que un bon oncòleg per valorar la importància del temps, d’usarlo bé i de prioritzar. A quanta gent has ajudat a adonar-se del que és realment important, quan els hi has hagut de plantejar una esperança de vida, no gaire llarga…?
      Prioritzar. Prioritzar les persones, el respecte i la no imposició. Efectivament, vàrem viure junts el final de la dictadura (aquelles fotos jugant a basket en blanc i negre, símbols de la grisor d la dictadura!), quan vas tornar d’Itàlia on el teu pare es va haver d’exiliar-se amb tots vosaltres. Jo no sé com evolucionarà la política, ni la societat. En aquest tram de la nostra vida, hem de seguir fent el que estigui al nostre abast per contribuir a que el món sigui millor. Jo ara penso, parlo, em dedico com puc a les generacions joves. I quan més els tracto, més optimista sóc. D’això anirà el proper post d’aquesta sèrie de 4 o 5, que seran la reacció a una setmana intensa, la pasada, viscuda a Barcelona. Abraçada

  3. Helena Ris dice:

    El que el periodista no deu saber és que hi ha un munt de gent independentista que podem donar support al President Puigdemont I al Trias sense patir gens ni mica . No tenim el cor partit perquè la clau no és abrandat/moderat sinó coherència i honestedat d’ambdós polítics . La política segueix el seu camí imparable cap a la mediocritat i el sectarisme ( aquest sí, abrandat) . El suposat o real periodista que esmentes -donada la data i un article que vaig llegir dilluns, crec que ja sé qui és-te una flaire de superioritat força molesta, que em quadra amb la pujada de to creixent d’aquest noi en tertúlies a RAC1 I el 324… Vaig bé oi? Potser que ja n’hi ha prou de lliçonetes!

    1. josepmariavia dice:

      Gràcies Helena. El nostre amic Joan Oliveras deia que els bons cronistes de CDC, sabien que, “precisament el cor partit és allò que més s’aproxima a l’esperit convergent. Aquesta capacitat de generar moviment polític coincident entre costures ideològiques distants tantes vegades. O no era aquest model el que va fer possible la convivència entre democratacristians, liberals, i socialdemòcrates? Doncs aquesta mateixa convivència és la de sobiranistes i independentistes d’arrels ideològiques o coincidents o distants. Res de nou a l’horitzó.”
      Hi estic completament d’acord.
      Pel que fa al periodista, com que ho vaig somiar… No sé ni si existia
      En qualsevol cas, si era real, no devia ser cap coneixedor profund de l’espai convergent sí deia aquestes coses…

  4. Albert Carné dice:

    Després de llegir el post, un amic em va preguntar si sabia a qui es referia en Francesc Marc Álvaro en el seu article a La Vanguardia “Postconvergents de cor partit”. Li vaig respondre que no llegeixo La Vanguardia i me’l va enviar. De seguida vaig connectar l’escrit d’en Josep Maria amb l’article: en Marc Álvaro parlava d’en Via!
    Fa molts anys que conec aquest periodista i uns quants que el considero un ressentit. No sé amb qui ni per què, però diguem que la “convergència” del Procés amb la mà que li dona de menjar li han produït un neguit d’aquells que acaben per trastocar-ho tot. En Marc Álvaro era un bon periodista i fins i tot tenia talent. Tants anys de dependència inexorable del Conde, però, l’han empetitit fins aquell punt que cantava Raimon a Indesinenter: “Arnat, menjat de plagues, sense parar llepava l’aspra mà que l’ha fermat des de tant temps al fang,”

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *