Este era el título utilizado por Ricard Bosch en su blog para destacar que, en una época en la que no siempre los políticos consiguen ponerse de acuerdo en beneficio de los ciudadanos, Xavier Trias, con su talante conciliador y dialogante, haya conseguido pactar con Alberto Fernández Díaz que el Ayuntamiento de Barcelona financie la finalización de la primera fase de las obras de remodelación del Hospital del Mar de Barcelona.
Comparto totalmente el punto de vista de Ricard Bosch y como presidente del Consejo Rector del Parc de Salut MAR de Barcelona (PSMAR) agradezco profundamente al Ayuntamiento de Barcelona, al alcalde Trias y al Partido Popular que hayan hecho este esfuerzo, que hubiera tenido que hacer la Generalitat de Catalunya pero que no ha podido hacer efectivo, por ahora, por falta de recursos.
Es un momento de celebración y de satisfacción por lo que comporta para los 300.000 barceloneses que tienen al Hospital del Mar como hospital de referencia, fundamentalmente la población de los distritos de Ciutat Vella y de Sant Martí. También lo es para los profesionales que deben atenderlos. La calidad asistencial es de primera división. El problema es de dignidad para los enfermos atendidos en los servicios de urgencias y de obstetricia, y de poder trabajar en unas condiciones mínimamente aceptables para los profesionales. Con estas obras pondremos fin a una situación que una ciudad como Barcelona no se puede permitir. Hay que agradecer a todas las personas que desde el mismo día del mes de diciembre de 2010, cuando el gobierno de la Generalitat decidió parar las obras del Hospital del Mar, han invertido esfuerzos en reparar ese despropósito. Pero por encima de todo y de todos quiero agradecérselo al alcalde de Barcelona, Xavier Trias
Sin triunfalismo y sin ocultar las enormes dificultades a las que hemos tenido y tenemos que hacer frente para sacar adelante al PSMar, no quiero dejar de relatar la realidad que se encontró el Consejo Rector que presido, el mes de febrero del 2011.
La deuda de la Generalitat con este complejo sanitario era de 66,7 millones de euros, las obras estaban paradas; en el ámbito docente, los estudiantes de Medicina y de Ciencias de la Salud se formaban en módulos prefabricados cuando recién empezaba la construcción del nuevo Campus Universitario Mar; en el ámbito de la investigación, nuestro Instituto de Investigación no tenía aún la acreditación; tuvimos que asumir situaciones como la de integrar al centro de salud mental Dr. Emili Mira de Santa Coloma, o bien encontrarnos con que éramos la única institución pública que debía pagar un alquiler para ofrecer formación profesional, en nuestro caso, formación en profesiones sanitarias.
Con este panorama, vinieron los recortes que, en nuestro caso, supusieron pasar de un presupuesto de gastos anual con respecto a las prestaciones sanitarias (el PSMar tiene una importante oferta docente propia) de 294 millones de euros en 2010 a uno de 262 millones de euros en el año 2013. Una disminución de 32 millones de euros, el 11,05% menos que en el presupuesto de 2010.
Las consecuencias han repercutido sobre los trabajadores con restricciones salariales diversas, Expediente de Regulación de Empleo incluido y, en menor medida, en los proveedores con retrasos en los pagos y debiendo asumir fuertes descuentos. Que fuéramos de las pocas instituciones -no sólo sanitarias, ni sólo públicas- que después de negociar un ERE llegara a acordar un convenio laboral, no nos sirvió para que el Parlament de Catalunya, a la hora de adoptar recortes para los funcionarios, en la medida en que formamos parte del sector público de la Generalitat, tuviera la capacidad de exceptuar a entidades como la nuestra que ya habíamos hecho el esfuerzo de recortar vía convenio. Esto no ha ayudado nada y en otro ejercicio más de promover la confusión del sector público empresarial con la Administración Pública (secundado por la demagogia practicada por ciertos partidos autodenominados “progresistas” y algunos Media que les “hacen la ola”), se ha cuestionado el valor de la negociación colectiva.
Lo mismo está ocurriendo actualmente respecto a los esfuerzos realizados, mediante créditos ICO, para pagar a los proveedores: la Generalitat, con alguna de sus medidas, penaliza a quienes, como es el caso del Parc de Salut Mar, hemos hecho una buena gestión.
Así pues, que quede claro, problemas hay y muchos, que todo es mejorable y que no todo se ha podido resolver satisfactoriamente o simplemente resolver.
Aunque tan cierto como lo anterior, es que el resultado de las negociaciones entre el Parc de Salut Mar con los dos propietarios de la entidad, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona, ha sido fructífero. La Generalitat acordó devolver los 66,7 millones de euros que debía, primero articulando el retorno de 36 millones y, recientemente, se ha comprometido a elevar al Govern un acuerdo durante este año 2014 que permita financiar la deuda pendiente, que es de 30 millones de euros.
Igualmente, la negociación iniciada por el Parc de Salut Mar hace casi dos años y medio con el consistorio resultante de las elecciones de mayo de 2011 ha finalizado con este acuerdo que permitirá completar la primera fase de las obras paralizadas, y responde al compromiso que asumió el alcalde Trias y que hoy se ha aprobado en el Pleno del Ayuntamiento de Barcelona con el apoyo del PP. El día 17 de febrero de 2014 obtuvimos la acreditación del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y el día 10 de junio de este año se inauguró el nuevo Campus Universitario Mar, si bien ya fue la sede de los estudios en Ciencias de la Salud durante todo el curso 2013-2014. Si tuviera que destacar dos aspectos clave de por qué todo esto ha sido posible en los difíciles tiempos de crisis y recortes, en primer lugar me referiría al compromiso de los profesionales sanitarios y no sanitarios de la institución, que en los momentos más difíciles han mantenido una actitud personal y profesional admirable, que nos ha incentivado a todos a luchar por este proyecto desde la convicción de que valía la pena y teníamos que salir adelante como fuera.
En segundo lugar, quisiera poner en valor la colaboración Generalitat-Ayuntamiento de Barcelona, como ejemplo de una tradición de cooperación que viene de lejos entre la Generalitat y no sólo con los Ayuntamientos, sino también con otras entidades sin ánimo de lucro como las mutualidades, las órdenes religiosas o la Cruz Roja en su momento. Así se hizo posible el modelo sanitario catalán y no es casualidad que quien lo formalizara y lo impulsara fuera el actual alcalde de Barcelona, cuando era Consejero de Sanidad.
Es cierto que en el caso del Hospital del Mar concurren factores excepcionales que refuerzan el sentido de este tipo de colaboración. Este año celebramos el centenario de este hospital que fue creado por el Ayuntamiento de Barcelona. Todos tenemos presente la tarea que desarrolló durante años el IMAS, con personajes como Josep Marull que, desde una verdadera convicción de progreso, contribuyó decisivamente a crear una administración hospitalaria municipal admirable e hizo de la Administración municipal de Barcelona una máquina moderna que, aún hoy, presenta unos resultados sociales y económicos difíciles de encontrar en otros ayuntamientos.
La entrada de la Generalitat y la sustitución del IMAS por el Consorcio Mar Parc de Salut no desvincularon de nuestra institución al Ayuntamiento de Barcelona que continua representado en un 40% y que mantiene la titularidad de un patrimonio que ahora, con esta inversión, mejorará.
Pero el valor de la colaboración entre Generalitat y los Ayuntamientos, que tan clara tuvo el Consejero Trias y los Alcaldes que crearon el Consorcio Hospitalario de Cataluña, tenía un valor que, en la actualidad, bajo un nefasto concepto de lo público, se quiere destruir.
Sin esta colaboración y sin la autonomía de gestión, que de forma demagógica se quiere asimilar a privatización, hoy, desde el Parc de Salut Mar, no hubiéramos solucionado los problemas que hemos podido resolver. Y costará mucho solventar los que tenemos pendientes si se quiere seguir avanzando con políticas destinadas a eliminar de la arena sanitaria cualquier actor que, a pesar de no tener, en general, ánimo de lucro, se le quiere expulsar a base de denunciar privatizaciones donde no existen. Si este discurso ideológico, carente de rigor y de datos empíricos que lo avalen, no se revierte, se terminará consiguiendo que todos los hospitales de Cataluña estén formados por funcionarios de la Generalitat y que los excelentes gestores que tenemos, se transformen en administradores de capítulos presupuestarios.
Si hoy podemos celebrar algunas de las metas mencionadas es porque el Parc de Salut Mar de Barcelona se ha gobernado y gestionado a partir de los principios de la gobernanza propugnados por la OCDE, desde la autonomía de gestión y desde la capacidad que proporciona la gestión empresarial frente a la administración funcionarial, para desarrollar entidades con profesionales comprometidos y que ponen lo mejor de sí mismos al servicio del público. A pesar de las dificultades crecientes, el esfuerzo por resaltar el valor del modelo sanitario catalán y la colaboración con los Ayuntamientos y otras organizaciones de la sociedad civil son claves para explicar los resultados obtenidos.
Sin embargo hoy corresponde celebrar el acuerdo del Pleno Municipal, que hará posible que el Hospital del Mar posea unas instalaciones que estén a la altura de la alta calidad de sus profesionales y de lo que los usuarios y Barcelona se merecen.
¡Gracias, alcalde Trias!
Totalment de´’acord .La nostre sanitat esun model que no es pot anar a norris Gracies una vegada més pel seus articles
Massa sovint els polítics ens decepcionen per que prioritzen interessos personals o del partit, per sobre dels interessos de les persones. Per això, quan a la política apareix algú com Xavier Trias te n’adones del sentit de la política i dels polítics. Sou uns afortunats a l’Hospital de Mar, per tenir a l’Ajuntament de Barcelona com a patró, coincidint en el temps, amb un alcalde com Xavier Trias. Ocasions com aquesta son irrepetibles. Gaudiu del moment…