En algún post me he referido al género literario llamado “papeles privados”. Es un tipo de literatura que proporciona muchos grados de libertad a la hora de hablar de uno mismo –también se habla de “literatura del yo”– y de los demás. Sirva este apunte inicial para explicarme, en absoluto para ensalzar este escrito, y para constatar que, probablemente, no tenga mayor interés para los lectores ajenos a mi familia. Sin embargo, hay algún aspecto, especialmente uno, que va más allá de la familia, mi familia, la familia Vía. Me refiero a los efectos devastadores de la Guerra Civil española. No creo que descubramos nada nuevo, pero sí pretendo dar testimonio “privado”, de cómo aquella maldita guerra destrozó a nuestra familia. Cómo marcó la generación de mis abuelos, la de mis padres y, me atrevería a decir, que parte de la nuestra. Personalmente, estoy profundamente marcado por una idea. La llamada transición democrática en España, nunca se ha completado. Formalmente España es una democracia homologada internacionalmente. Realmente presenta muchas lagunas y para los catalanes, todavía más. Una de ellas es haber pretendido construir esa democracia sobre el olvido de las víctimas de la Guerra Civil. Nuestro abuelo Cristòfol Via Canals, enterrado en una fosa común en Ogern (Alt Urgell), es una de ellas. Demasiados de los actuales protagonistas institucionales de la democracia española, todavía no han pedido perdón, ni han reconocido a estas víctimas.
__________________________________________________________________________________________________________
Ayer nos reunimos los descendientes de mi abuelo, Cristòfol Via Canals, y de su primera esposa, Maria Marrugat Vila, y los de la segunda, nuestra abuela, Maria Bertran Queraltó. Sus hijos, nuestros padres, Cèlia Via Marrugat, Josep Ma Via Bertran, Carles Via Bertran y mi padre, Enric Via Bertran, hace tiempo que murieron. El último, mi padre, murió el 28 de agosto de 2014, este año se cumplirá una década.
El 7 de enero, mi prima Montserrat Via Martí, creó el chat para organizar el encuentro y poco a poco se fueron añadiendo familiares, muchos de los cuales no identifiqué en primera instancia. A mis ocho primas vivas (Anna Maria Via Martí murió el 1 de agosto de 2020. Ver “Agosto 2020. Un mes extraño, un año extraño”, del 11 de agosto de 2020), y a mi primo vivo (Josep Via Boada nos dejó el 28 de agosto de 1998), los tengo bien presentes. Pero a algunos de sus hijos no los conocía ―o quizás había visto a alguno cuando eran pequeños o en algún entierro― a algunas parejas de primas e hijas de primas, tampoco y, mucho menos los nietos de mis primas. Mi madre, Pilar Redons Ripoll, la única superviviente de la generación de nuestros padres, nos acompañó, permitiendo así juntar a cuatro generaciones Via. Pienso que 69 años después de haberse incorporado a la familia, nadie puede discutirle la representatividad. De hecho, todo el mundo se mostró muy feliz por tenerla entre nosotros. En total, nos reunimos 40 Via(s), sobrevenidos incluidos.
En el chat creado para organizar el evento, pronto se empezaron a compartir fotografías, recuerdos, artículos de prensa relacionados con la familia, escritos… Y poco a poco se fue generando un clima de fuerte vínculo, difícil de explicar. En especial en torno a la muerte, del asesinato, del abuelo Cristòfol. Lo dejaron morir de hambre y de sed en el campo de trabajo de Ogern (Alt Urgell), el 12 de julio de 1938. El coste humano de la Guerra Civil española ―no sólo con muertes, que, obviamente, también― fue muy elevado.
Ayer por la mañana compartí la emoción que sentíamos todos y que se desprendía del chat familiar, con un buen amigo. Me respondió lo siguiente:
“¡Un gran encuentro! Es cuando se reencuentra el sentido de estirpe, y se descubre que es un sentimiento que une. Conocer la propia historia, a través de la figura recuperada del abuelo, un misterio familiar esclarecido que resulta indudablemente emotivo, con un dramatismo especial. ¡Tener un motivo y la ocasión de reencontrarse es emocionante!! ¡Será una gran reunión! ¡Un gran abrazo, amigo!”.
Fue exactamente así. Sentido de estirpe, sentimiento compartido con mucha alegría de unión, repaso de la historia de la familia, piel de gallina al pensar en lo que tuvo que vivir mi abuelo, al que la guerra arrebató a nuestros padres y a quien nunca hemos podido conocer. Y encuentros emotivos y felices. Los hijos de mi primo Josep Ma Via Martí, Oriol Via Nieto y Marc Via Nieto, la hija de mi prima Cèlia Via Martí, Georgina Bergé Via, su marido, David Mateu Alfonso, sus hijas, Arlet Mateu Bergé y Lia Mateu Bergé, la hija de mi prima Nuria Via Boada, Duna Vilalta Via (a su hermano, Aram Vilalta Via, lo tenía presente de un encuentro anterior más restringido, como al primo de ambos, Jordi Gual Via) y pese a no poder acompañarnos, fruto del encuentro he podido entrar en contacto con Diana Via Via, hija de mi prima Anna Maria Via Martí. También conocí a Anna Domènech Freixedes (hija de Elena Freixedas Tubella, bisnieta, como yo, de Miquel Via Torres y Remei Canals Vallès), su marido, Jordi Miquel Olivella, y la hija de ambos, Ona Miquel Domènech.
Me hizo mucha ilusión que mi hijo Pau Via Espinal, su mujer, Carla Sas Reynés, con mis nietos, Claudi Via Sas y Enric Via Sas, tuvieran contacto, por primera vez, con la práctica totalidad de los presentes. Mi otro hijo, Oriol Via Espinal, y su pareja, Adriana Colomer Domènech, viven fuera del país y no pudieron asistir.
___________________________________________________________________________________________________________
Nos juntamos en la Bòvila, restaurante que antiguamente había sido local de baile de La Granada y supongo ―por el escenario que había― teatro del pueblo, lugar de celebraciones en el que se dejaban caer cada año, entre otros, los Reyes Magos de Oriente. Precisamente en el centro del escenario, bien visible, estaba la foto de nuestros abuelos y nuestros padres. Foto que recuerdo haber visto de pequeño, colgada en la casa que fue de mis abuelos y que entonces ya era de mi tío Josep Ma y que ha servido también como foto del grupo de WhatsApp familiar. Descubrimos que era un fotomontaje de la época. Entre otros motivos, porque detrás de mi abuelo, se puede ver a mi padre con 12 años de edad, y la trágica muerte de mi abuelo se produjo a falta de 18 días para que mi padre cumpliera 10 años.
Además de felicitar a Montserrat Via Martí por organizarlo de una forma en la que todos pudimos hablar bastante entre nosotros ―siempre te quedan personas y conversaciones pendientes―, no me puedo poner en la piel de los 39 familiares presentes, ni dentro de sus cabezas y de sus corazones. Mi percepción fue de mucha emoción, alegría, empatía, cariño y, como decía mi amigo, orgullo de estirpe, porque estamos orgullosos de nuestros padres, abuelos y de las generaciones que nos han precedido. Para la mayoría, por no decir para todos, fue una jornada muy emotiva en la que los sentimientos nos mostraron la fuerza que pueden llegar a tener.
__________________________________________________________________________________________________________
Muchos de los comentarios que se hicieron antes del encuentro en el chat y otros compartidos el mismo día de la reunión familiar, ponían de manifiesto la necesidad de rendir homenaje a nuestros antepasados. Pienso que no soy el único al que el recuerdo familiar ha llevado, aunque de rebote, a sentir el impacto de la guerra en mi propia piel. Un sentimiento intenso que quiero compartir.
Mosén Jaume Via Torres, hermano de mi bisabuelo Miquel Via Torres (ambos sobrinos de Jaume Torres Vendrell, “el onclu americanu” fundador de las Bodegas Torres), fue vicario de la Parroquia de Gelida y con parte del patrimonio familiar, aparte de contribuir a la construcción del funicular de Gelida, lo hizo también con el convento de Religiosas.
Salvador Nonell i Bru explica en el libro Mártires del Penedès (Ediciones Gea. Barcelona 1984) que “en la noche del 21 de agosto de 1936, llegó a aquel pueblo (Gelida) una fuerte guerrilla de ‘milicianos’ forasteros, asesorados por elementos locales; y Mn. Via fue detenido junto a 15 feligreses. Llevados todos frente al ‘comité’, fueron condenados a muerte siguiendo las consignas superiores. Al poco rato todos fueron asesinados en la carretera de Gelida a Sant Sadurní d’Anoia, después de haber recibido la absolución y el consuelo espiritual de Mn. Via. ¡Eran las tres de la madrugada!”.
Cuando comenté este hecho con mi amigo Àlex Susanna, vecino de Gelida y personaje destacado en el panorama cultural de nuestro país ―además de descubrir que Núria Viladot Vendrell, su mujer, está emparentada con mi tatarabuela Francesca Torres Vendrell, madre de Mn. Via―, se quedó sorprendido por no conocer este hecho y que aberraciones de esta magnitud, muchas de ellas ocurridas en pequeños pueblos y villas (Gelida en 1936 contaba con 2.311 habitantes), sean aún desconocidas, ocultadas o contempladas desde una amnesia vergonzosa. La que sirvió de base para la transición del fascismo franquista a la llamada “democracia” española. Bajo el título del libro de Salvador Nonell, se puede leer: “No se nos ha concedido ni siquiera el honor de considerarnos víctimas”.
Mi abuelo, Cristòfol Via Canals, hijo de Miquel Via Torres y Remei Canals Vallès y sobrino de Mn. Jaume Via Torres, parece que fue, como tantos otros, víctima del odio de algún conciudadano de la Granada del Penedès que lo señaló con el dedo. Encarcelado en el Castillo de Montjuïc, según datos del Banco de la Memoria Democrática de la Generalitat (aparentemente compatible con la información familiar según la cual su hija mayor, mi tía Cèlia, le iba a visitar a un barco-cárcel en el Puerto de Barcelona), fue trasladado al campo de trabajo de Ogern, donde fue asesinado, a los 46 años.
Mi abuela afrontó la situación como pudo. Mi tía Cèlia, la mayor e hija de la primera esposa de mi abuelo, o ya no estaba o se marchó al Prat de Llobregat. Mi padre, que tenía casi 8 años cuando estalló la Guerra Civil y casi 10 cuando mataron a su padre, fue enviado primero a casa a mis bisabuelos (Josep Bertran Jané y Rosa Bertran Queraltó) a Sant Martí Sarroca y posteriormente al internado de los Salesianos de Sarrià. Nunca jamás volvió a vivir en su casa. Sus hermanos, mis tíos Josep Ma y Carles, con 13 y 12 años, respectivamente, pronto tuvieron que dejar los estudios para ayudar a mi abuela a sacar adelante los viñedos y salir de la debacle como pudieron.
El hecho de vivir en las Terres de l’Ebre y mi interés por conocer la cara oculta de la Guerra Civil ―la batalla del Ebro fue sangrienta, pero muchas vivencias de demasiada gente, más allá de lo que sucedió en el frente, fueron terribles―, me ha llevado muchas veces a acordarme de cómo la guerra nos afectó familiarmente. Desde donde escribo veo en una estantería el título del libro de Víctor Lamela: Nos robaron la Juventud. Memoria viva de la quinta del Biberón. Hoy mismo, Elena Freixedes recordaba en el chat familiar cómo su suegro y un tío formaron parte de la quinta del biberón y que después tuvieron que hacer una “mili” franquista durante 5 años y decía (sic): “¡Les destrozaron la juventud!”. La Guerra Civil fue una salvajada fratricida, cerrada en falso: ninguna democracia verdadera puede construirse ignorando esta brutalidad y sus víctimas.
__________________________________________________________________________________________________________
Este post lo voy escribiendo a ratos, y en el chat los familiares siguen expresando emotividad y sentimiento de alegría en relación al encuentro, orgullo de pertenecer a nuestra familia, reconocimiento a nuestros padres y a nuestros abuelos… Y también se pone de manifiesto mucho desconocimiento entre nosotros y de los que ya se han ido. Elena y alguno de los más mayores, coincidimos en que se hablaba poco de la guerra. De los efectos de aquel “siniestro total” sobre la familia, sí, pero de lo que ocurrió exactamente, de cómo lo vivieron nuestra abuela, nuestros padres, sabemos muy poco. Lo que nos contaron. Pero nadie quería recordar el horror que supuso. Tengo plena conciencia de cómo mi padre (y estoy seguro de que también su hermana y hermanos) fomentaba y disfrutaba con las reuniones familiares, con compartir tiempo con sus hermanos y todos nosotros. Supongo que querían mirar hacia adelante, evitar regodearse en la desgracia y cerrar filas, reunirse haciendo piña. Sabemos perfectamente que el pasado, pasado está, y que hay que mirar hacia adelante, si no, no viviríamos. Ahora bien, sabemos también que existe lo que se conoce como síndrome de estrés postraumático que hace estragos en las vidas de las personas y que, muchas de ellas, nunca lo superan.
El domingo 17 de marzo, disfrutamos mucho y compartimos muchas cosas. Pero la foto de mis abuelos, mi padre y mis tíos, que presidía el encuentro, emocionaba e impactaba por el recuerdo de lo que sufrieron. Esto no quita que vi siempre a mi padre como un hombre feliz y contento y muy “entrenado” a dejar un poco de lado las dificultades, las “cosas feas”. En pocas palabras, diría que mi tío Carles fue un hombre sabio que transmitía paz y bondad, tengo una imagen de mi tío Josep Ma como la de un hombre serio y responsable ―quizás es en lo que más notaba los efectos de lo que había pasado. No hay que perder de vista que era el heredero― y mi tía Cèlia, con la que mi padre siempre tuvo mucha relación― me parecía una mujer seria que, con su marido, mi tío Joan, supieron ―esa es mi percepción― vivir bien la vida que les tocó, con matices distintos –no soy capaz de concretar más– de la de sus hermanos, bastante diferente entre ellas, también.
En la familia, nos queda mucho por saber y está claro que muchos tenemos ganas de conocer hechos desconocidos y saber más de muchos recuerdos demasiado borrosos de las vidas de nuestros abuelos, padres, hermanos y primos. Y al país le convendría que todas las autoridades aclararan lo que pasó, explicitaran y condenaran las atrocidades de la guerra e hicieran un reconocimiento colectivo a las víctimas. Que, repito, van más allá de los que murieron. ¡Vivir en el desconocimiento, la oscuridad y el olvido, es terrible!
Bonic, tendre, emotiu article que palesa el deure que tenim de perpetuar la memòria familiar i alhora la col.lectiva, la del nostre país em refereixo. És vergonyosa i fins i tot humiliant aquesta reticència quan no oposició frontal de certs sectors hispànics a recuperar la memòria històrica de la guerra civil i del franquisme. I fer-ho és o hauria ee ser un exercici de llibertat, de justícia, de reparació, de responsabilitat d’una societat que, pel que es veu, no és prou madura en termes democràtics com bé denuncia en Josep Ma.
I evidentment, l’homenatge hauria de ser a totes les víctimes d’aquella sagnia fatricida, les d’un bàndol i les de l’altre. No hi ha millor exemple que la família Via on varen morir-hi parents en ambdós costats, a mans d’uns i altres.
M’he sentit corprès amb l’article per què jo soc fill d’un membre de la lleva del biberó (Antoni Rovira i Pijuan, 1920-1983) i per tant, el record de la guerra civil sempre ha estat present a ca meva, especialment pels silencis (el pare no en volia mai parlar).
Doblement corprès perquè el meu avi matern, Ernest Monjo Ibàñez (1905-1989) també va fer la guerra i patí com ningú els horrors de la derrota, la fugida a França i haver de sobreviure durant dos anys i mig en els camps de concentració de la Catalunya del Nord. I encabat, de retorn a l’Espanya de Franco el 1942, detingut i empresonat i obligat a treballs forçats en un penal militar a Càdis durant tres anys. Tornà a Bcn el 1945, 9 anys després d’haver marxat amb l’inici de la guerra i sense haver pogut veure a les seves dues filles durant tants anys (tenien 3 i 2 anys quan marxà, 12 i 10 anys quan tornà a casa). Un altre exemple de vides robades i perdudes, de sofriments i penalitats.
Gràcies Josep Ma pel teu esplèndid article que ens evoca tantes i tantes coses, sobretot el sentiment de persistència, de no rendir-nos, de continuar lluitant per la nostra dignitat, la dels que hi som i la dels que ja no hi són. I dels que estiguin per venir. De tothom. Com cantava en Raimon: “qui perd els orígens, perd identitat”.
Moltes gràcies Toni, pel teu comentari. La veritat és que crec que la meva família esperava -si és que esperaven alguna cosa- un escrit més estrictament familiar. Però jo sempre he tingut clar que coses que han passat a la família, de les que no se n’acostuma a parlar, algunes, fins i tot dels cosins de la meva generació, tenen que veure amb el que van viure els avis i els pares. Com una mena de “Karma”, que dirien els esotèrics…
Com saps, Toni -aquí no puc parlar per tota la família, però si per molts- em considero català i Espanya i el que representa, ho visc com una imposició no triada. El règim del 78 ens estava bé si després hagués evolucionat. Era millor que el franquisme, clar. Però d’evolucionar res de res: 23F, Tejero, la LOAPA, Aznar, Vox, 1-O, policia, Guàrdia Civil, “a por ellos” (això era el ‘pueblo llano’, no els estaments oficials)…
Aquests esperpent que és Espanya, va tancar en fals la Guerra Civil i sobre l’oblit de fets i víctimes, creuen que el que tenen és una democràcia homologable. És una democràcia, però de “pa sucat amb oli”. I aquí en patim les conseqüències, més que enlloc.
Jo he perdonat el que va passar amb l’avi i altres familiars, com he perdonat els hereus dels botxins dels meus avantpassats que ens van apallissar a nosaltres durant la clandestinitat, primers anys de la transició i fa quatre dies. Però no he oblidat i no vull oblidar. Tinc la sort de no conèixer el sentiment d’odi, però sé discernir i se quina és la meva afiliació, qui són els meus i els que mai voldran el meu bé i el dels meus.
Pel que fa al concepte de guanyadors i perdedors de la Guerra Civil, fins i tot amb això la realitat catalana és diferent de l’espanyola.
A les guerres hi perd tothom. Dit això, a Catalunya quasi ningú va guanyar la guerra. Els qui s’identificaven amb la Lliga, tan catalanistes i/o independentistes com els d’ERC, per “propietaris” i catòlics, varen ser tractats com a “nacionales” pels de la FAI i la CNT. Què cony tenia de franquista Cambó i els seus que van haver de viure a l’exili, a l’Argentina en el cas de Cambó? Només una minoria de catalans “aristocràtes” i castellanoparlants eren “nacionales”. Altra cosa és que després de la Guerra, la por i la necessitat de sobreviure fes que molts es mimetitzessin amb el règim de Franco. A la meva família, algun cas hi va haver.
Però el que és la Guerra Civil, a casa, ni per la banda Via, ni per la banda Redons -amb exilis inclosos per antifranquistes- tots la van perdre.
I a casa, com al país, els que van sobreviure, van sortir exhausts de la Guerra i el tema va anar esdevenint tabú (el que dius del teu pare, passava a totes les cases. Necessitaven passar pàgina i els hem de comprendre). I el tabú, més enllà de les famílies, va impregnar els estaments oficials i, a hores d’ara, encara no hem fet net. El “antes roja que rota” i la unió dret-esquerra, oblidant les víctimes dels avantpassats dels dos bàndols, domina encara el panorama.
En fi, el millor de tot, la trobada va ser rica i entranyable i em va fer molta il·lusió veure cosins que no veia des de fa anys i conèixer, per primera vegada, familiars, fins aleshores desconeguts. Orgull de nissaga, sí¡
Que bonic llegir-te Josep Ma. Va ser una trobada que sempre recordaré. No vaig dubtar ni un segon quan la mama em va parlar de la trobada i proposar que hi assistis amb la meva filla gran, l’Ona (més tard vindrien el Jordi i la petita). La mama estava molt ilusionada els dies previs i plena de joia el dia de la trobada, també els dies següents. Ella te una memòria extraordinària sobre els nostres familiars que ja no hi son. Recorda dates importants, fents que han marcat d’alguna manera la familia. Te la capacitat de posar nom i cognoms als familiars que aparèixen en fotografies que tenen 100 anys o més… És un orgull ser la seva filla.
Em sento també molt feliç d’haver conegut a tots els familiars amb qui no havía coincidit mai i retrobar-me amb els que ja coneixia.
Va ser un plaer conèixe’t i també a la teva mare, una dona encantadora tal i com m’havia dit sempre la mama. Una abraçada i fins aviat!
Moltes gràcies Anna. Va ser un plaer coneixèr-te a tu i a la família que has creat, continuïtat dels que tots teníem al cor i al pensament. La teva mare ha donat fe del que dius: records i bona memòria, sentit familiar profund, estima i emoció per la celebració. Li he demanat referències per escriure el post.
Recordo perfectament el teu oncle Joan, a la teva besàvia Francisca Via (la tia Francisca!) i molt, molt especialment a la teva àvia Paquita.
La seva mort quan no tocava, em va impactar profundament! Gran abraçada i fins la propera!
Entranyable, bonic i emocionant post de la teva familia, vens /veniu d’un llarg recorregut, s’expliquen o expliques grans records de tota mena i tot plegat m’ha portat a pensar amb els tristos records dels meus avis i del pare, que de tres germans va quedar el meu pare que era el petit, els altres, el gran Baldomer Capdevila i Pons va ser assessinat a Mauthausen el 1941 i el segon, el tiet Jaume Capdevila i Pons, delatat acabada la guerra precisament per ser roig o també dit d’esquerres i portat al camp de concentració de Franco al Burgo de Osma, on va morir ” d’una pulmonia ” de passar nit i dia a l’intemperie, curiós però mai ningú ens ha demanat perdó, sí,ho va fer el govern allemany de Konrad Adenauer l’any 1963. Abans de continuar vull anotar el seguent : Elie Wiesel es pregunta: que és recordar ? I respon així :És viure en més d’un món, impedir que el passat s’extingeixi, reclamar l’avenir per a il·luminar-lo (….) és salvar éssers desapareguts, il·luminar rostres i esdeveniments amb una llum blanca i negra, és fer que retrocedeixi la sorra que cobreix la faç de les coses, combatre l’oblit, rebutjar la mort.
Lluís Duch, monjo de l’ Abadia de Montserrat, del seu llibre Un estrany a la nostra casa. Això mateix es el que vull, ni més ni menys. A casa nostra, com a moltes de tot Catalunya, sobre aquest tema no se’n parlava, és guardava un silenci que es podia tallar, jo ja era metge i mai havia sentit a parlar de tot el que va passar a casa, no fos cas que ens costés car, no fos cas que el pare es quedés sense treball, no fos cas que el que ” havian ganado la guerra ” és molestesin, tothom guardava silenci pel que fos, cadascu tenia el seu motiu i que mai ho sabrem. Als meus 74 anys més igual que pugui molestar als que ” ganaron la guerra” , per tirar endevant i no morir-me abans d’hora que tambe pot ser, l’hivern de 2021, fa més de dos hiverns que tinc demanada una placa STOLPERSTEIN per posar devant de casa meva amb aprovacio del ple de l’ajuntament de Sant Marti del Riucorb (30-XII-21) i ni la Direcció General de Relacions Institucionals, ni el Parlament de Catalunya, ni el Memorial Democràtic de la Generalitat de Catalunya, ni l’Assossiació l´Amical Mauthausen amb seu a Barcelona ni un servidor mateix, ningu s’ha donat per assebentat a hores d’ara dels tràmits iniciats per l’ajuntament de Sant Marti de Riucorb, ningú sembla que no s’ha assebentat ? Ningú ha acusat rebut !!!! Curiós oi ?. Acceptaria que em diguessin que no tenen diners, que esperessim tres anys, que hi hagin noves eleccions, que “las cosas de palacio van despacio “, que em diguessin que m’ho he de pagar jo mateix, etc…….. Faré un post amb tot plegat, no em voldria morir sense que el tiet Baldomer ” tornés a casa ” en forma d’una placa de llautó al terra. Serà molt més dificil que torni el tiet Jaume de el Burgo de Osma, que com tantes families mai ha arribat un ofici demanant perdó, que seria un bon començament…… Per el que he anat sentin de gran, la vida no fou fàcil en un poble petitó com el meu, la prudèncai, la serenitat, la tenacitat i la perseverança del pare fou cabdal per tirar endevant la nostra familia, encara , a hores d’ara no se com sen van sortir. Més d’una vegada li vaig dir al meu pare que escribis les seves memòries i sempre em contestava – nen, els fills d’aquests que es consideraven ” que ganaron la guerra ” , no tenen cap culpa del que van fer els seus pares. Penso que personalment el pare (acs), va optar pel perdó, però mai per l’oblit, va ser massa gros per oblidar. Per a més inri el van obligar a fer la mili, quan per edat els meus avis ja eren grans i segon la llei el pare es lliurava, va haver de marxar del poble, el capià de Lleida li va dir ” Capdevila no ve , que en su pueblo quieren que se largue ” i el pare va marxar de casa durant tres anys i aqui ho deixo.Josep Maria gràcies per ajudar-me a recordar tot lo de casa, veig que som moltes families les que vam quedar destrossades i tocades per sempre més. Una abraçada plena d’agraïmenti de comrenssió .Pep
Gràcies pel comentari Pep. Aquí serem pocs els que hi escriurem. Però són moltes les famílies damnificades de la Guerra Civil espanyola. Konrad Adenauer, malgrat ésser considerat una mica autòcrata, va ser un gran polític europeu. Un dels fundadors del que avui en dia és la Unió Europea i un estratega amb una visió política còsmica, comparat amb els “politiquets” que predominen a l’arena espanyola i catalana. No m’estranaya que Alemanya, capaç no solament de demanar perdó per l’holocaust i comdemnar els crims del (i el) nazisme, demanés perdó a les víctimes de la teva família. Em sap greu, però molt a pesar meu no m’estranya, que la Generalitat de Catalunya no doni resposta a la petició de l’Ajuntament de Sant Martí de Riucorb de posar una placa Stolperteine davant de casa vostra. Tan de bo, algun dia la tingueu¡¡¡
Pel que fa a les cites sobre el passat, penso que serveix per treure’n lliçons. Desgraciadament, en ocasions, som tan limitats, que ens deixem condicionar negativament pel passat. Com deia al post, igual que el eu pare, als assasins del meu avi i a tots els botxins d’ambdòs bàndols de la guerra, els he perdonat. Però ni ho he oblidat ni -ho tinc clar des de que vaig prendre consciència del que va ser aquella maleida guerra- ho oblidaré. I si bé estric d’acord que els descendents de sang d’aquells, no tenen perquè respondre dels crims dels seus avantpassats, no oblido que els policies que van venir a apallissar-nos el 1 d’octubre, són els hereus simbòlics d’aquells. Ells i els cafres que els encotratjaven al critde “a por ellos”. “Ellos” som nosaltres, com ho van ser els nostres avis i en lloc de ser l’any 2017, hagués estat el 1936, les furgones haguèssin estat carros blindats, les porres bales i els ferits morts. I per això, cal no oblidar. Aquesta és, a parer meu, la lliçó a treure’n.
Fixa`t que tots els que ho hem viscut, expliquem el mateix: a casa no se’n parlava gaire o, simplement, no s’en parlava! Quanta patologia oculta, derivada d’haver d’empassar-te, si us plau per força, garipaus indigeribles!
Dit això, aquest és el sentiment central que m’ha desvetllat la trobada familiar, a mi. Però no l’únic. I estic segur que els sentiments i les emocions de la majoria dels presents varen ser diversos. Sigui com sigui, una trobada emotiva i inoblidable¡
Hola! No sé analitzar la trobada inoblidable sense el que es va escriure i compartir al xat durant dos mesos abans, que des del meu punt de vista va ser com una preparació, un escalfament de motors. El xat podía haver estat impersonal, “burocràtic”: saludar, apuntar-se i decidir menú. I va ser molt i molt més, gens previsible per part meva.
El lloc va ser perfecte i adequat: la Bòbila de la Granada, el poble d’on són les nostres arrels.
La trobada va ser entranyable i emotiva perquè ens uneix una consciència de família i moltes coses més, sobretot la compassió que sentim pel que va patir l’avi Cristòfol.
Va ser un goig i una alegria que ens reuníssim quatre generacions de la nostra família.
Crec que és excel•lent i molt digne que el govern de Konrad Adenauer demanés perdó pel crim de Mauthausen (el tiet d’una persona que fa un comentari).
Per acabar proposo que al 2025 quedem a Ogern, per seguir la pista del que hi va viure el nostre avi.
Gràcies, Josep M., m’ha agradat molt llegir-lo.
Moltes gràcies pel teu comentari, Eulàlia,que comparteixo i faig meu.
La trobada va tenir molt d’especial i sí, va començar en el xat previ.
Cal dir que les teves aportacions van ser molt interessants i amb molta càrrega sentimental.
Em sembla una gran idea fer la trobada a Ogern, l’any vinent.
Gràcies, Eulàlia!
Bon dia, Josep Maria Via, Fa un parell de mesos li baix escriure, aqui mateix i no e tingut resposta me interesa moltisim que puguesim parla o trovanse un dia, yo soc en Jaume Vendrell, el meu pare es deia Jaume Vendrell Via, i era nebot y afillollat de Mossen Jaume Via Torres que el van matar a la guerra, i presisamente are estem buscan el origens de la nostra familia, i estem buscan arrels dels Via, aveure si en pot constesta, o al menos en quina persona dels que van esta a la trovada dels Via, ens podem dirigi,
Esperant la seba resposta amb despedeixo, amb salutacions
Jaume Vendrell Estruch
El meu telefono 621272923
Bona tarda, Jaume. Mossen Jaume Via Torres, era germà del meu besavi Miquel Via Torres, ambdós fills de la meva rebesàvia Francesca Torres Vendrell, germana de Jaume Torres Vendrell, fundador de Bodegas Torres.