Una diferencia importante, muy importante, entre Maradona y Messi es que Diego ganó la Copa del Mundo de fútbol con Argentina, y Leo no. Se ha especulado mucho sobre la calidad global de los seleccionados que acompañaron a Diego y Leo, respectivamente. Personalmente, no me he sentido atraído por el debate sobre cuál de los dos habrá sido mejor. Está claro que el carácter de uno y otro no tiene nada que ver y quizás -quizás- la técnica de Leo es superior, y la fuerza de Diego, de “ponerse al equipo por montera”, liderarlo e ir a por todas, ha sido inigualable. Pero no es este el tema.
El tema, el corolario de los días que he pasado recordando y revisando datos para escribir estos posts, me han hecho pensar en algo que en el Barça no hemos sabido hacer nunca bien.
Se podrá decir que el caso de Maradona no es el mejor ejemplo para juzgar lo mal que se despide el Barça de los jugadores más grandes de su historia, con dignas excepciones como el emotivo adiós a Xavi. Sirva como ejemplo de lo que comento, la salida del grandísimo Johann Cruyff por la puerta de atrás del club. El Barça no sabe estar a la altura de las circunstancias en estos casos. Otra cosa es que después la estructura del club, y no solo en los lugares más visibles de entrenador o director técnico -también en muchos otros de la estructura deportiva- recupere a muchos jugadores y mantenga el vínculo.
Pero donde quiero ir a parar, es a Messi. Yo estimo mucho al Barça, y estoy y estaré infinitamente agradecido a Leo por las horas de disfrute y felicidad que me ha proporcionado y nos ha proporcionado, no solo a los del Barça, sino a los amantes del fútbol de todo el mundo.
No he seguido de cerca, en los últimos tiempos, a la selección argentina. En cualquier caso, no parece que, ahora mismo, cuente con uno de los mejores equipos de su historia. Sin embargo, son ambiciosos, tienen “hambre” de títulos, cuentan con un equipo técnico con mucha experiencia, se saben sacrificar y juegan en equipo, como un equipo, con algunos jugadores de mucha calidad, como los centrocampistas. Las ganas de Leo de no retirarse sin ganar un gran trofeo con la selección de su país, pueden marcar la diferencia. No sé cuál podrá ser el rendimiento de Messi, con 34 años, en la Copa América 2021, y aún menos, con 35 años en el Mundial de Qatar 2022. Pero si hay alguna opción -y. lógicamente ese es su deseo- le deberíamos haber facilitado la salida del Barça el verano pasado y si todavía lo podemos hacer, hacerlo en el mercado de invierno -difícil por la situación de transición del gobierno del club- o en cuanto haya una oportunidad. ¿Por qué?
Muy sencillo. Primeramente, por la gratitud infinita que le debemos al jugador y porqué le corresponde a él y no al Barça, decidir cómo quiere acabar su carrera. En los últimos años, hemos podido disfrutar del mejor equipo de fútbol de la historia del Barça y uno de los mejores de la historia del fútbol mundial. Pero en la vida todo tiene un final. Ahora tenemos un equipo en reconstrucción. La buena noticia -y lo que diré ahora dependerá de que no nos equivoquemos eligiendo al próximo presidente y Junta Directiva el 24 de enero- es que podemos recuperar todo lo que se ha destrozado desde la salida de Laporta del club, pero para esto tardaremos unos años. Años en los que no tenemos derecho a impedir a Leo que si quiere ir al City con su -y nuestro- querido Pep Guardiola, o al Bayern o a cualquiera de los grandes que cuente ahora mismo con un proyecto consolidado, vaya. Si tiene opciones de ganar algún título importante con Argentina o simplemente quiere disfrutar jugando el mejor fútbol, no le podemos negar que aproveche al máximo sus últimas oportunidades y optimice su mejor nivel futbolístico, integrándose en uno de estos equipos. El Barça es y será grande, pero ahora está en reconstrucción.
Messi nos lo ha dado todo y ahora no le podemos pedir el sacrificio de terminar su carrera deportiva en un equipo, que puede necesitar al menos dos temporadas para volver a brillar y alcanzar el máximo nivel. A menos que, insisto, ese no fuese su planteamiento
En el Barça tenemos muchas virtudes. “Ser del Barça és el millor que hi ha” (ser del Barça es lo mejor que hay) cantamos en el Nou Camp. Pero no siempre sabemos tratar bien a quienes nos lo han dado todo y más. Leo está con nosotros desde que tenía 13 años. Pongámoselo fácil, dejémosle hacer su camino, lo mejor para él, y centrémonos en rehacer un gran equipo. Sería muy egoísta por nuestra parte cargar sobre sus espaldas esta responsabilidad ahora, a costa de su final de carrera. Y sería poco inteligente ya que el futuro, lamentablemente, ya no pivota alrededor de él.
Eso no impide rubricar con Leo un contrato de por vida, de manera que cuando cuelgue las botas, regrese a la Masía que, sí o sí, ha de volver a ser la mejor escuela de futbolistas del mundo, después de que el “nuñismo 2.0”, la haya descuidado hasta degradarla cómo nunca lo había estado.
No va a ser fácil, pero como soñar es gratuito, me encantaría ver a Leo levantando con la albiceleste, el bonito trofeo de la Copa del Mundo de Fútbol 2022 o, como mínimo, la Copa América el año próximo. “Es de bien nacido ser agradecido“. Por suerte, Bartomeu ya es historia, ¡no le imitemos en sus peores facetas!
Totalment d’acord amb tot, Josep M ! I m’hagués agradat acomiadar al Leo a casa, amb l’estadi ple i corejant el seu nom. Gràcies per tot, Leo!
Moltes gràcies Quim! Hagués estat fantàstic, que així hagués estat!