Ha hecho calor. Mucho calor. Ahora ha refrescado y dicen que volverá a hacer mucho calor.
– ¿Sigues creyendo en la bondad del hombre?
– Esencialmente sí.
– Te veo cansado. ¿Es el calor quizás?
– No ayuda este calor. Pero me cansa más el ambiente en el que vivimos.
– ¿La corrupción? ¿La política?
– La corrupción es una lacra, por otra parte inherente a la condición humana. La suma de la corrupción real, la que sea -que no la conocemos- más la ficticia, la prefabricada, la inventada, cansa mucho. La corrupción ha comenzado a importar colectivamente por la crudeza de la crisis.
– Sí, y coaliciones flexibles y mutantes de ciertos políticos, ciertos elementos policiales y de la Judicatura, ciertos periodistas… que han ido utilizando la corrupción real y la falsa como más les ha convenido. ¿Y la política? ¿Por qué no se forma Gobierno en España?
– Porque hay una fractura social y una fractura nacional profundas. La política es el arte de conciliar -o por lo menos aproximar- intereses contrapuestos. Pero para que sea practicable es necesario disponer de un objetivo común que mejor que sea noble. En este momento la sociedad está dividida. El abuso derivado de la globalización y sus principales beneficiarios, combinado con la crisis y el sufrimiento de los más débiles, han generado odio. El problema no es la discrepancia. Es que hay odio.
– ¿Como en los años 30?
– Quizás. Ahora estamos en el siglo XXI y una guerra a tiros y cañones no es imaginable. Pero hay diferentes guerras en marcha y todo el mundo utiliza las armas que tiene a su alcance. Y todo vale. No hay escrúpulos. Quien roba, roba mucho. Quien miente lo hace a conciencia y con ganas de hacer daño, el cinismo permite llenarse la boca hablando de Estado de Derecho y manipular las estructuras de ese Estado contra el adversario político.
– ¿Cómo puede ser que el PP haya mejorado los resultados en lugares como Valencia y Madrid? ¿Solo por miedo a Podemos? ¿O es que en el fondo el grueso de la sociedad española ha convivido siempre con la “triquiñuela” y las malas prácticas hasta el punto de que son un rasgo definitorio de la misma?
– Hombre, escandinavos no somos. Somos del sur y latinos. Descendientes de fenicios. Yo creo que ha habido indignación sincera y sentida ante los casos de corrupción real y los ficticios por igual, ya que la gente es manipulable y no siempre puede diferenciar. Y también creo que la envidia ha sido larvada hasta que los estragos de la crisis la han hecho reaparecer.
– ¿Qué quieres decir?
– Pues que afortunadamente hay gente con valores sólidos que rechaza por principio lo que está mal hecho. Pero también los hay que sabían, desde siempre, que el vecino robaba. Mientras tuvieron trabajo, salarios dignos y acceso a hipotecas y créditos que muchos llegaron a creer que podían pagarlos con nuevos endeudamientos; mientras pudieron consumir agrandando la economía global, no eran tan sensibles al comportamiento reprobable del vecino. Cuando se hundieron en la miseria, la rabia les llevó a querer matar al vecino que seguía robando como antes. Ahora hacía daño…
– Volviendo al hecho de votar a partidos corruptos con mayor o menor grado, un amigo mío andaluz opinaba que la explicación, en el caso de Andalucía con el PSOE era sencilla. Decía que se había socializado la corrupción. ¿Quizás en Valencia con el PP haya podido ocurrir algo parecido, si es que es real en algún lugar?
– Para comprender el grado de putrefacción social que sufrimos para mí hay hechos elocuentes, que hablan por sí solos. El poder real, es global. No es nacional. Pero “la vieja política” -si es que aún se puede diferenciar de la “nueva”- cuando llega al poder se convierte en el representante delegado del poder global. Esto hace que la “nueva política” -que prácticamente no ha podido acceder al poder- se defienda con todo lo que tiene a su alcance. Aquí también vale todo. Quizás no tienen acceso a manipular policías o jueces manipulables, pero sí cuentan con periodistas que mienten y difaman en nombre de “la causa”, y otros colaboradores necesarios. La fractura social y el odio son grandes. Y al final los fanáticos bolivarianos acaban beneficiándose del uso partidista que los fanáticos ultras del PP hacen de las cloacas del Estado. Una y otros acaban compartiendo el mismo armamento. Por ejemplo en la destrucción del modelo sanitario catalán, a base de inventar falsos casos de corrupción, coincidieron los garantes nacionales de la globalización con diputados antisistema y populistas, y periodistas afines. Y es cierto: la política hace extraños compañeros de cama.
– La Fiscalía no ha encontrado indicios de delito en el comportamiento del Ministro de Interior… ¡¡¡Quizás “han afinado demasiado”!!!
– Ten cuidado, que te depurarán como han hecho con Xavier Antich en “La Vanguardia”.
– ¿Todas estas cosas explican que escribas poco sobre temas dichos de actualidad?
– Seguro que influye. Pero la verdad es que escribo sobre lo que en ese momento me interesa. Ya sabes que hace tiempo que no me intereso mucho por eso que llaman “actualidad”. Escucho entre 10 y 30 minutos de noticias al día, en su mayoría en “RAC1”, hojeo en 5 minutos el diario “Ara” -si algún artículo de opinión me llama la atención lo leo-, aunque el fin de semana lo miro con más detenimiento, en especial el domingo y sobre todo las entrevistas de Capdevila, más si son a pensadores, filósofos, sociólogos… y las de Bassas. No veo nunca la TV. ¡Ah! Leo algunos artículos de “La Maleta de Portbou”. Cada vez menos. Con el tiempo creo que se le va viendo demasiado el plumero. Si la actualidad invade mi vida… Pierdo creatividad y me desconecto de lo que realmente es importante para la esencia humana que está muy lejos de la actualidad. ¿De qué te ríes?
– Ahora me ha venido a la cabeza lo que me dijiste un día mirando un artículo en un periódico… Lo que hacen ciertos periodistas, que copian los clásicos círculos con fotos o nombres que utilizan policías y fiscales, induciendo a hacer creer en conexiones delirantes y concluir que los señalados desde el abuso de poder mediático son mafiosos …
– ¡Sí, hombre! ¡Es un clásico! Da muy buen resultado. La gente de buena fe “traga”. Es aquello de “voy a por ti”. Cuando parece que quizás ha habido un asesinato en tu vecindario, yo ya me las arreglaré para que aparezca una mancha de sangre en su vestido y anticiparé la conclusión de que eres el asesino. En un círculo pongo al asesino (o al supuesto asesino, lo de menos es que lo sea o no), en el otro te pongo a ti que formas parte de un grupo que quiero destruir porque discrepan de mí y de los míos. Pongo unos cuantos más y os vinculo a todos con flechas que unen los círculos. A partir de aquí voy mirando quién más lleva el vestido manchado de sangre (es igual si se ha cortado afeitándose, si un malhechor le ha clavado una puñalada o si yo mismo he aprovechado para mancharlo de sangre en un descuido). Con eso tengo suficiente para señalarlo. Mis compañeros de partido ya saldrán a la calle a alzar su voz o protestarán ante el Parlamento o donde sea necesario y algún juez o fiscal comprará el invento por las razones que sea. Afortunadamente la mayoría son como es debido, hacen el trabajo bien y los casos perversamente inventados se archivan… Incluso hay miembros de la Policía, la Fiscalía y la Judicatura que están hartos de que los intenten utilizar con fines políticos. Estos últimos días lo hemos visto… ¡Afortunadamente la mayoría son como hay que ser! ¿Sabes qué? ¡Si esto es la actualidad no me interesa nada!
– Actualidad es lo que ocurrió antes de ayer en Niza…
– ¡¡Qué mundo, Dios mío!! Entretanto, el número de jóvenes que se van a trabajar al extranjero ha aumentado un 55,62% en los últimos 5 años. La destrucción de puestos de trabajo, la precariedad, la temporalidad, expulsan a una buena parte de los jóvenes fuera del país. De esto se habla, pero menos… Interesa más difamar, ultrajar, destruir a quien no es de tu bando.
– ¿Y con todo esto sigues creyendo que el ser humano es esencialmente bueno?
– Sí. Si a Mowgli la hubieran puesto en nuestra selva en lugar de aquella de Walt Disney en la que le pusieron, sería igualmente bueno en la esencia original. Otra cosa es cómo podría evolucionar… No sabemos qué pasó cuando fue a la aldea con su compañera.
– ¿Dices en serio que no te interesa la actualidad?
– No me interesa la actualidad entendida como la entienden los Media.
– ¿Sabes qué dice el filósofo Josep Maria Esquirol? Escucha: “Hay soledades incomparables en su compartir. De hecho, solo quien es capaz de experimentar la soledad puede estar de verdad con los demás (…) ‘Quien va al desierto no es un desertor’. Quien va al desierto es, sobre todo, un resistente. El coraje que le hace falta no es para expandirse, sino para recogerse y, así, poder resistir la dureza de las condiciones exteriores. El resistente no anhela el dominio, ni la colonización, ni el poder. Quiere, ante todo, no perderse él mismo y también, de una manera muy especial, servir a los demás. Que en ningún caso se confunda con la protesta fácil y tópica; la resistencia suele ser discreta (…) El resistente se resiste al contentamiento masivo. El resistente se resiste al dominio y a la victoria del egoísmo, a la indiferencia, al imperio de la actualidad y a la ceguera del destino, a la retórica sin palabra, al absurdo, al mal y a la injusticia (…)“. Lo dice Esquirol en “La resistencia íntima: ensayo de una filosofía de la proximidad” (Quaderns Crema). En el libro cita el cuento de Voltaire “Cándido o el optimismo”. Cándido, el optimismo personificado, viéndose golpeado una y otra vez por la dura realidad de la vida y comprobando que este mundo no es lo que se imaginaba de joven cuando el maestro Pangloss le explicaba que era el mejor de los mundos posibles, de repente conoció a un viejecito que tomaba el fresco bajo unos naranjos. Alguien que se mantenía desinformado de todo lo que afectaba a los prohombres de ciudad “que no está pendiente de la actualidad” y que le confesó: “No me informo más de lo que hacen en Constantinopla, me contento de enviar los frutos del huerto que cultivo”. Resistencia en la intimidad, en el reducto de la proximidad, camino hacia la presencia y hacia el sentido de la vida que permite ser generoso y altruista. Someterse al imperio de la actualidad, a la retórica sin palabra, aleja de uno mismo, de lo que es esencial, importante de verdad. Si al final la actualidad demasiadas veces es una presentación manipulada por periodistas (?) perversos y/o mediocres para hacer daño… Por otra parte, la retórica sin palabra es propia de otro ámbito respecto al cual hay que ser también resistente: el de la política. ¿No te gustaron más los posts anteriores sobre Miami, San José de Costa Rica, Buenos Aires y Washington DC?
– Me gustaron, pero me interesa lo que dices.
– Pues por eso digo que he tardado más en escribir. Desde que llegué no he sido lo suficientemente resistente a la actualidad. Si no hubiera sabido nada de las conversaciones en el Ministerio del Interior, de la victoria ampliada del PP a pesar de la corrupción, de artículos de periodistas hooligans que partiendo de elementos más o menos reales construyen historias perversas
destinadas a hacer daño personal y colectivo, de políticos que las recogen ya sea porque son “tontos útiles”, perversos o fanáticos, de fiscales que según dónde no encuentran nunca indicios de delito y según dónde siempre… Mucho mejor si hubiera adoptado la actitud del campesino sabio del cuento de Voltaire: “No me informo más de lo que hacen en Constantinopla, me contento de enviar los frutos del huerto que cultivo”…
Pobre Mowgli si la aldea a la que fue a parar no era como el huerto del campesino de Voltaire. No lo sabemos. Sabemos que en la selva, a pesar de los ojos perversos de Kaa y el tigre Shere Khan, fue resistente y parecía feliz. La actualidad era la cercanía y la conexión con él mismo a través de la naturaleza, y retórica no había.
Josep Maria,
Entenc la teva desafecció per “l’actualitat”. Vàrem créixer amb les imatges del napalm al Vietnam, dels infants famolencs de Biafra, dels desheretats de Bangla Desh i de tantes altres il•lustracions de guerres, fams i misèries … Imatges que ens haurien de provocar una reacció immediata de revolta i d’indignació , però la inflació de les quals ha aconseguit tot el contrari: el que podríem anomenar la “banalització de la tragèdia”. És del tot lamentable, però hem arribat a una certa insensibilització davant les més dramàtiques situacions de la humanitat. Els Media, però, continuen bombardejant-nos amb impactes informatius creant una mena de “reality show” fins i tot dels temes més propers i pertinents de la nostra política i societat.
Crec que la teva reacció és del tot saludable per tal de recuperar la sensibilitat perduda o, en el millor dels casos, alterada. Hem de poder redescobrir la informació amagada a la notícia. Entendre el que hi ha al fons: esbrinar les causes, preveure les conseqüències, aprendre sobre l’esser humà, …. Però sobretot recuperar emocions veritables, profundes , empàtiques, és a dir, veritablement humanes, no únicament l’efecte superficial de la noticia-impacte (F. Monegal). Els Media no poden continuar marcant-nos l’agenda dels nostres interessos i la duració de les nostres emocions. Com en tant altres aspectes hem passat a ser purs consumidors, en aquest cas d’informació; simples espectadors reaccionant superficialment davant un film pseudoinformatiu. . La distància, el “desert”, la tria voluntària, l’esperit crític, la implicació profundament humana (més enllà de la sensibleria fins i tot política!!!) … ens han de permetre tornar a ser protagonistes.
Quant a la bondat intrínseca de l’esser humà … No sé, … La realitat sembla mostrar que som potencialment bons i dolents alhora. Però jo sempre he cregut que el mal provocat per algú és fruit de la malaltia o de l’ignorància (desajustament cognitiu). Em costa creure que un ésser humà faci el mal conscientment. El que passa és que quan he parlat d’això m’han considerat un innocent o un il•lús, així que no insistiré …
Quan dius “Els Media no poden continuar marcant-nos l’agenda dels nostres interessos i la duració de les nostres emocions”. jo hi afegiría que tampoc haurien de fabricar noticies falses deliberadament (sovint a base de combinar demagògica i perversament mitjes veritats), dirigides a provocar en els receptors emocions tant horribles com l’odi i el desitg de venjança.
Estic amb tu respecte a que només la bogeria, la malaltia o la ignorància expliquen aquestes conductes.
Gràcies Josep Maria.
Avui ha tornat a passar amb el noi de 17 anys que ha entrat en un tren donant cops de destral. No han parat de repetir que era un refugiat que s’estava en una casa d’acollida.
Què volen aquesta gent dels media? De qui estan al servei?
Quan pugui marxo al desert!