SEPTIEMBRE 2024

EL BLOC DE NINA CARNÉ

Os recomiendo el blog de Nina Carné, una joven que pronto cumplirá 23 años. Ha estudiado Filosofía y ahora está cursando el grado de Fotografía, y su sensibilidad e inteligencia le han llevado a combinar imagen y pensamiento expresado en palabras, por escrito, para ofrecer su punto de vista de la sociedad en la que le ha tocado vivir. La misma que a nosotros, mis coetáneos y los de las distintas generaciones que la conformamos. Seguro que las perspectivas varían significativamente según las franjas de edad, entre otras variables.

Pero de momento, por lo que he leído de ella, coincido bastante con muchas de sus “fotografías” de nuestro tiempo.

“(la) crisis de valores se detecta, en medio de otras señales, por la forma de relacionarnos con el otro y en la pérdida del sentido de responsabilidad. La sociedad actual, al menos lo que conocemos por Occidente, vive sujetada a un progreso que se ha convertido en utópico, poco menos que una elucubración, y que parece haber renunciado a manifestar cualquier juicio de la realidad que le rodea”. ¡El maldito “políticamente correcto”, para evitar ser claros o permitir ignorar ―cuando no directamente mentir sobre― la realidad que no queremos ver!

Después de hablar de un “horizonte dominado por una mezcla de vacío, de incertidumbre” ―lo que me ha llevado a decirle a Nina que “te llamarán pesimista, cuando simplemente eres valiente y realista y vives, vivimos, rodeados de cínicos y farsantes” ― habla de “la fotografía como instrumento para interpelar, concienciar e impactar. Puede hacernos reaccionar, generar preguntas, molestar e inquietar. La fotografía puede ser un grito a la revolución, un instrumento al servicio de la transformación. Václav Havel, tras liderar la revuelta checa ―la Revolución de Terciopelo― reflexionaba sobre ‘la fuerza de la palabra’. Aquí queremos hablar sobre la fuerza de la imagen como motor para la subversión”.

Jóvenes “revolucionarios y subversivos”, que no forman parte de ningún movimiento político, ni participan de la tontería “pijo-progre” especializada en la denuncia superficial y que sin saberlo acaba siendo parte esencial del establishment que dice querer aniquilar. “No se trata, por tanto, de ofrecer un discurso amable, educado o armonioso, como en los relatos de la narrativa clásica. La fotografía debería crear un contexto emocional a través de los escombros, la crueldad, el silencio, la tristeza, la tensión o la indignación, que pueda haber detrás de cada historia”. Bravo, Nina. Esperamos con ganas tus fotografías parlantes, que con tus reflexiones nos confronten a los verdaderos dilemas éticos de nuestro tiempo.

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Pienso que no es del todo imposible construirse una biografía presentando una apariencia bastante

APARIENCIA Y REALIDAD INEXCRUTABLE

impecable. Admirable, incluso. Se puede hacer de forma consciente ―trabajar para ofrecer esta apariencia― o inconscientemente. En este último caso, en muchas ocasiones existe autoengaño. Hay que ocultarse la verdad, la realidad a uno mismo, para llegar a creerse un santo. Entre otras cosas porque, incluso los santos, más santos, presentan aristas. Pretender conocer a alguien a partir de lo que escribe es, cuanto menos, poco realista. No hace falta decir que esto se aplica a las biografías y las autobiografías. Por ejemplo, parece ser que Juan Carlos de Borbón quiere dictar una para que “sepamos de verdad quién es”. Es poco probable que se reconozca promiscuo, frívolo, ladrón, cazador de elefantes o monarca por la gracia de Franco. Pero no hace falta llegar a este extremo, para aceptar que el concepto de “fidelidad a la realidad” o “verdad” es, al menos, relativo y variable, según las vivencias de los hechos descritos o el punto de vista que se tenga de los mismos.

Xavier Pla ha escrito unas 1.500 páginas sobre Josep Pla ―el libro se titula Un corazón furtivo― y afirma que el escritor se caracterizaba por una angustia existencial extrema, que hacía que su estado real fuera de permanente insatisfacción. Lo único que daba sentido a su vida era la literatura y siempre estuvo dispuesto a pagar el precio que fuera ―imagino que a mentir si era necesario― para conseguirlo. Nos dice Xavier Pla que a Josep Pla “escribir le equilibra, lo completa, da un sentido a su vida” y afirma que “la escritura es presentada por Pla como la costosa toma de conciencia del inevitable proceso de distanciamiento entre el individuo que escribe y esa ‘persona extraña’ que toma cuerpo mediante la escritura: ‘El escribir es en mí una actividad superpuesta y artificiosa. Sin embargo, la profesión me ha deformado, ha creado dentro de mi yo íntimo y natural a una persona extraña que muchas veces ni yo mismo comprendo lo que tiene que ver conmigo; tan diferente me parece”.

Me parece brillante la afirmación de Xavier Pla cuando escribe: “En realidad Pla sólo es ‘él’ siendo ‘el otro’. ¿Mecanismo psicológico de defensa o construcción voluntaria de otro yo?”. ¡En fin, os recomiendo que leáis el libro!

Pablo Neruda, (ver “De “El Tarter” a “La Chascona” y vuelta. (Concurso de cuentos “Bala de Plata” de 9 d’abril de 2018..) a la pregunta retórica que se autoformuló, “¿qué es mi poesía?”, respondió: “No lo sé, es más fácil preguntar a mi poesía quién soy yo”. Pues eso…

“Cristina, ¿te acuerdas de que me dijiste algo parecido a que me buscabas a mí en mis escritos y no me encontrabas?… Ya hace tiempo que intento dedicarme a los ‘papeles privados’, una forma de literatura del yo. A algo parecido a los dietarios escritos en primera persona… Yo me identifico bastante con lo que escribo… ¿Y si en el fondo no me conozco lo suficiente a mí mismo u omito deliberadamente las partes que no me gustan de mí? Puede. Pero, ¿y si ni siquiera yo tengo la respuesta?… ¿te he contestado?”.

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LA CATTALUÑA OLVIDADA

En los últimos años, especialmente durante el último año, he viajado a menudo a Lleida, desde las Terres de l’Ebre, por el eje del Ebro. El Perelló, Rasquera, Mora d’Ebre, el denominado Pas de l’Ase, Flix, Maials, Llardecans, Torrebesses, Albatàrrec, Lleida. Baix Ebre, la Ribera d’Ebre, el Segrià. En el post anterior (ver “El Perelló, Florida, El Perelló” del 20 de septiembre de 2024) hablaba de “la Catalunya olvidada” y lo que para mí es Ponent, formado por las comarcas mencionadas más el Montsià, la Terra Alta, la Noguera, el Pallars Jussà, y la Alta Ribagorça. Añadiría el Pallars Sobirà, el Alt Urgell, la Segarra, el Urgell, las Garrigues e, incluso, el Pla d’Urgell. La Val d’Aran tiene una apertura natural hacia Francia, e incluso hacia España, tanto o más que hacia Catalunya (un barcelonés tarda cuatro horas en llegar a Vaquèira, algo más que un zaragozano y algo menos que un bilbaíno, que tarda 40 minutos más). Ciertamente, se puede hablar de tres grupos de comarcas: las del Pirineo, las de las Terres de Lleida o Ponent, como se las conoce, y las de las Terres de l’Ebre. En mi mapa mental, las comarcas mencionadas conforman la Catalunya olvidada, Ponent entero desde el Pirineo hasta el Delta, tienen muchas cosas en común y podrían tener más y beneficiarse todas, si fomentaran la interrelación entre ellas. Entre todas las comarcas citadas sumamos unos 554.000 habitantes, el 6,9% de la población de Catalunya…

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Desde que vivo en el Baix Ebre, una de las cosas de las que disfruto más es de invitar a amigos de la Catalunya metropolitana a comer en mi casa y, si hay tiempo, si se pueden quedar un fin de semana, mostrarles la belleza de los diferentes tipos de paisaje que conforman las Terres de l’Ebre. Aparte de una buena paella con marisco, procuro que la comida esté conformada con productos de “lo terreno”. Desde que Romina está en mi vida, añadimos productos del “norte de Ponent”. En esta ocasión, los melocotones que nos trajo de Almenar (Segrià), a pesar de haber sido recolectados un poco prematuramente ―el clima manda y más vale recolectar antes de tiempo que perder la cosecha― recordaban que, demasiado a menudo, en la ciudad cuesta ―no es imposible, pero cuesta― encontrar fruta con olor y sabor a fruta.

El sábado 21 de septiembre, vinieron a comer a casa cinco amigos. Maite Masiá, que a pesar de vivir en Barcelona desde que fue a estudiar la carrera, nació y vivió en Amposta, Xavier Bru de Sala, que tiene una barraca preciosa en el Poble Nou del Delta y que, durante el año, pasa muchos días en esta tierra, y Jordi Bonet, que aparte de haber veraneado en el Baix Ebre, conoce bien este territorio. Completaban el grupo Joan Oliveras y Anna Borrell, que han venido bastantes veces a casa, y ya están familiarizados con la zona. Nada era nuevo para ninguno de ellos.

La noche del viernes pasado al sábado, la del 27 al 28 de septiembre, el “vent de dalt” (Juan Carles

EL VALOR DE L’AMISTAT

Monllau, de Tortosa, me recordó que es la forma que tienen aquí de llamar al Mestral), soplaba con fuerza. Dejamos la mesa medio montada para 13 amigos que vinieron a comer el sábado, preocupados porque el viento no se lo llevara todo por delante. Al día siguiente, al levantarnos, constatamos que el viento seguía silbando con fuerza, las temperaturas habían bajado y el cielo y el mar estaban preciosos. Nubes de arena en la Punta del Fangar, removida por el vendaval. El mantel, bien sujeto, estaba en su sitio y hacer el sofrito y dejar que el arroz absorbiera todo aquel jugo de textura ligeramente pastosa y color hermoso, durante toda la noche, dio buen resultado.

Trescientos sesenta y cuatro días antes, teniendo en cuenta que el 2024 es un año bisiesto, hicimos la última comida del grupo al completo. Nada nos hacía presagiar aquel 30 de septiembre de 2023, que al cabo de un año no estarían ni Fermí Puig, fallecido el pasado 19 de julio, ni Àlex Susanna, fallecido ocho días después que Fermí, el 26 de julio (ver “El final de vida de Àlex Susanna pocos días después de la muerte de Fermí Puig” del 27 de julio de 2024). No hace falta que diga que los habría querido tener en casa con nosotros este sábado. ¡No creo que me hubiera atrevido a ofrecerle a Fermí un plato de mi paella! ¡El notario Pere Pineda, de Granollers como Fermí y buen amigo suyo, nos explicó que el gran cocinero, nunca quería hacer paellas! Definitivamente, no se la habría hecho.

Que lo acabara haciendo, no quiere decir que menospreciara, ni mucho menos, el buen gusto y el paladar de Núria Viladot, de Rosa Maria Tomàs, de Xavier Roig, de Casimir de Dalmau, de Carme Marqués-Pinto, de Salva García, de Andreu Ylla ni del mencionado Pere Pineda. Con Fermí y Àlex, un grupo de gourmets, con muchas otras cualidades y vidas intensas y ricas en experiencia y experiencias, y anécdotas. El grupo acumulaba, y sigue acumulando, mucha sabiduría, y el debate es interesante. Y también divertido, ya que el sentido del humor y la fina ironía impregnan de lleno el talante del grupo.

Siempre que vienen amigos “metropolitanos”, intento hacerles vivir, compartir, la paz de estas tierras. Me ayudaron Maite Masiá, como he explicado ampostina establecida en Barcelona, ​​y Joan Carles Monllau, tortosino que, del mismo modo que Maite desde que fue a hacer la carrera a Barcelona, ​​hace ya unas décadas, ya no regresó al Baix Ebre, a vivir. La mujer de Joan Carles, Marisa Quintana, gerundense con raíces en La Selva, ha conocido suficientemente esta tierra como para aportar una visión “a medio camino”. Romina, del Segrià, conoce lo suficiente el mundo rural de Ponent, como para añadir valor al objetivo de evidenciar que estas tierras algo dejadas de la mano de Dios, tienen mucho que ofrecer a los “metropolitanos” cansados ​​del ruido, del humo y del ritmo propio de “la vida moderna”, o los que, contentos y satisfechos de lo que les ofrece la Catalunya-ciudad, simplemente buscan un pequeño respiro.

LA SEU VELLA Y LA PUNTA DEL FANGAR

Dos encuentros entrañables a finales de verano, comienzos de otoño en los que la amistad de años, de muchos años, con algunos de los dieciséis amigos y más reciente y en construcción con otros ―así comienzan muchas de las grandes relaciones en la vida― nos han hecho muy felices y han permitido cerrar un verano duro por los amigos perdidos, de la mejor forma posible. No se trata ahora de poner en valor las cualidades de estos personajes. Simplemente quiero ensalzar el valor de la amistad, consolidada o en proceso de construcción. Poner las persones por delante de los personajes. La humanidad por encima de sus brillantes carreras profesionales. Àlex y Fermí, se han ido, pero nos han dejado una gran obra. Hay que reconocerla, valorarla y confiar que perdure. Pero por encima de todo, me quedo con la conexión humana que tuve con ellos, con el poder hablar de tú a tú, con absoluta “desnudez”, a causa de sus respectivas enfermedades que todo lo condicionaban.

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Epílogo de septiembre. Hay posts que los escribo de tirón. El mes de septiembre ha estado demasiado repleto de cosas más o menos relevantes que hacer, por lo que los ratos para sentarse a escribir han sido escasos.

Des de que empecé a escribir el post hasta ahora, que a base de pedazos de tiempo lo termino, me he cansado de escuchar pontificar ―la mayor parte de veces, desde el desconocimiento absoluto― a propósito de la guerra de Israel contra la organización terrorista Hezbolá. Curiosamente ―a menos que se me haya pasado por alto― ningún país árabe ―por ahora y por más que Irán, que no es un país árabe, se ha pronunciado al respecto…

A todos los que hablan porque sí o porque cobran por hacerlo ―como los tertulianos, entre los que hay algunos con criterio y otros con suficiente desvergüenza para opinar sobre lo que sea ―, muchos de ellos políticos real o transitoriamente retirados, les invitaría a dejar de hablar de ningún tema que no conozcan a

EL ROSTRO MÁS DELEZNABLE DE LA HUMANIDAD

fondo.

Santa Teresa dijo: “No diré cosa que no la haya experimentado mucho”. Pues eso… La humildad en un mundo que enaltece a los “supermans y a las superwomens”, es una virtud tan escasa como deseable.

Acabo y ya estamos en octubre. Me agrada que este otoño sea por ahora, un otoño de “los de antes”. Qué cosas tiene envejecer!