EL PERELLÓ. BAIX EBRE

El Perelló no se caracteriza precisamente por ser un pueblo bonito, no es Peratallada, por decir algo, ni Setcases, ni siquiera Miravet. Pero es un pueblo vivo, interesante y en el que se está muy bien. La vida en El Perelló es plácida, y su gente, muy acogedora.

El tejido asociativo del pueblo es muy rico en entidades de todo tipo y se celebran muchos acontecimientos. Lejos de la playa, en el interior. Existe Perelló-Mar, Santa Llúcia…, muy bonito y agradable también, pero ahora pienso en la parte interior del pueblo. Tanto es así que, actualmente, lo considero, lo siento mi pueblo de adopción, después de llevar casi siete años por aquí. Yo sé que ellos siempre me verán como “el de Barcelona”. No pasa nada. Lo entiendo.

El sábado pasado disfrutamos mucho de la feria de antigüedades. Me entraron ganas de comprar un montón de cosas. Finalmente, me limité a comprar un libro de Teresa Pàmies (Gente de mi exilio: inolvidables) y una recopilación de la revista La Hormiga de Oro, del 1891, el octavo año de su existencia. ¡Para mí, una joya!

En la página 2 del primer número del año, se puede leer:

Qué es un año? Es una sucesión de momentos que comprende el espacio de 365 días y algunas horas y minutos. Su operación principal consiste en presidir el cambio de habitantes de la tierra, el cual se efectúa indefectiblemente para que vayan cumpliéndose los fines de la Providencia.

Lo más seguro que puede predecirse al formar el juicio del año es que á lo menos morirán en su transcurso unos tres millones de hombres y que vendrán á la vida otros tantos.

Es decir que si no hay guerras ó pestes extraordinarias que aumenten la mortalidad, irá pasando á la eternidad un hombre á lo menos cada segundo, o sean unos 85 mil diariamente”.

Los anticuarios son particulares. El hombre que me vendió el compendio anual de La Hormiga de Oro, llevaba un pantalón de tirolés, con peto, pero era catalán de acento no ebrense y tenía cierto parecido con un buen amigo mio.

Paseando por la feria, redescubrí un rincón del pueblo en el que no estaba desde 2017, cuando vine por primera vez a pasar un fin de semana en el hostal “La Panavera”. La plaza que sigue con el callejón del hostal, con varias casas antiguas de piedra y finaliza en un callejón sin salida, es un espacio mágico. Un lugar especial. Lo que ahora se llamaría un espacio “zen”.

Volvimos a la calle Francesc Macià. Antes de la Plaza de Jaume II, y se produjo una coincidencia múltiple, muy agradable, de esas que te hacen pensar que el mundo es pequeño.

Descubrimos que se acababa de abrir un local —hacían la inauguración y ofrecían un pan con aceite buenísimo, embutidos, cerveza…—

CAMPITÖS. EL PERELLÓ. BAIX EBRE

especializado en chocolate del bueno, del que lleva cacao de verdad y, según me pareció entender, panes de esos tan buenos y exclusivos.

Mientras intentábamos acercarnos al local, esquivando nativos, jubilados europeos que viven en el pueblo y visitantes, nos encontramos al alcalde, Sam Ferré, y descubrimos que el local era de la pareja de Eli, David, un chico de Esplugues de Llobregat, al que el amor le ha traído hasta aquí. Eli estaba ajetreada, con la emoción y la inquietud que comporta un acontecimiento de este tipo, y apenas pudo saludarnos. Luego nos envió un WhatsApp excusándose, pero no habría sido necesario. De repente, de una manera inesperada, vi a Carme Pauline Rios, una calera entrañable, una mujer intensa y muy ocupada, con la que hacía tiempo que intentábamos quedar sin éxito e inesperadamente me la encontré en el pueblo. Me hizo mucha ilusión. Iba con unas amigas y con Tomàs, un cocinero del Perelló de primer nivel, amable y empático. Carme hace años que hizo el camino inverso y dejó las Terres de l’Ebre para instalarse en Barcelona.

Es una persona que admiro por su creatividad, inteligencia, humildad y empatía. Para cerrar el círculo, resultó que Romina conocía a la hermana de Carme, una calera que vive en Lleida. Todas estas conexiones de Ponent —personalmente considero que la Catalunya olvidada, la de “poniente”, va desde el Pirineo occidental hasta el Delta, pasando por las comarcas de Lleida y la Terra Ferma— es un mundo que merece la pena y que quiero mucho, totalmente ajeno al resto de Catalunya. Visualizo una gran -y espantosa- área metropolitana que dibuja una media luna irregular alrededor de Barcelona que llega hasta Cambrils, la Catalunya Central, el Pirineo desde la Cerdanya hasta el Cap de Creus y, por tanto, la práctica totalidad del Alt Empordà. Los demás no existimos. Somos claramente de segunda. ¡Eh! Lo somos para los de Barcelona, ​​para los de la Catalunya/ciudad. Pero ni se imaginan los valores, el caliu (ambiente agradable) y la riqueza que hay en esta tierra. ¡No hablo esencialmente de economía, HABLO DE VIDA!

El sábado todo este dibujo se me hizo patente. Romina de Lleida, Eli, Sam y Tomàs del Perelló, Carme y sus amigas de l’Ametlla de Mar, caleras… Una sensación reconfortante y de privilegio, que no sé explicar mejor.

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SIESTA KEY. FLORIDA

Hoy ha venido a casa mi amigo Marcel Riera. Poeta y hombre que entiende de letras. Y me ha dicho lo que me decís muchos de vosotros: mis posts son demasiado largos y dispersos. Me ha recomendado no mezclar Florida, Miami, con El Perelló. Lo entiendo. Pero yo no pretendo pasar a la historia como escritor ni pretendo entrar en el mundo -para mí, cutre- de las editoriales, las publicaciones, los premios literarios y todo ese circo de payasos…

Mi verano ha transcurrido entre El Perelló y Florida y yo veo una continuidad natural, una conexión que quizás sólo la veo yo, pero la veo clara y me apetece compartirla de la manera en que la he vivido. Entiendo que alguien diga: “¿Qué narices tiene que ver Miami y Florida con El Perelló?”. Imaginaos un diario del mes de agosto, escrito día a día o semana a semana, en el que compartiera vivencias, sensaciones, sentimientos, hechos, informaciones…, con todos vosotros. Viene a ser esto, pero sin delimitar exactamente períodos de tiempo.

Vamos a ver, estoy rojo como una gamba. O como una shrimp o un lobster o como una gamba blanca de la Ampolla, que cuando la pasas por la sartén se vuelve rojiza. El sol ardía igual en Miami Beach o en Siesta Key que en Perelló Mar o Cala Maria. Ciertamente, para alcanzar el mismo nivel de “cocción”, en las playas del Perelló, es necesario un poco más de rato de insolación. Pero vaya… Tanto allí como aquí me he puesto protección solar total y el resultado es idéntico: ¡un color de mariscada! Y como esto, todo. El atún de Balfagó, de la cala, es extraordinario. En Florida, también comí un atún delicioso. ¡A lo mejor era de Balfagó! ¡Quién sabe! Exportan a todo el mundo y mucho a Japón. ¿Por qué no a Florida? ¡Ay, la globalización!

Ciertamente, el urbanismo americano nada tiene que ver con el nuestro. Los modelos constructivos, tampoco. Los espacios allí son enormes y aquí no —las lagartijas o reptiles parecidos de Florida, también son más grandes allí—. La ciudad americana es una superficie inacabable de casitas individuales que tiene un down-town y malls de referencia. Aquí la trama urbana, comparada con allí, es tremendamente “promiscua” y permite una interrelación social que allí no se produce.

No se trata de comparar, sino de describir. Describir la continuidad de la vida, en este caso durante el verano de 2024.

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ROD AND REEL PIER. ANNA MARIA ISLAND. FLORIDA

Si alguna vez vais a Sarasota, os recomiendo que visitéis la isla Anna Maria, al sur de la bahía de Tampa, frente a Saint Petersburg. Hay un restaurante sencillo y sin pretensiones que tiene un ambiente especial. No por lo que se come —tengo la sensación de que las cartas de los restaurantes americanos, exceptuando el fast food puro y duro y los relativamente pocos de cierto nivel, parecen fotocopias del mismo— sino por las vistas. Se llama Rod and Reel Pier.

Yo comí una small house salad y una fried calamari, y Romina una Cesar salad con gambas. De postre, cheesecake, que supuestamente compartíamos —un par de cucharaditas ella y el resto yo— y café americano. Lo más agradable fue ver cómo saltaban los delfines en el mar que teníamos en el piso de debajo del restaurante y ver el ambiente friendly generado por los pescadores cuando bajamos para irnos.

En Sarasota hay que ir al John and Mable Ringling Museum of Art. John Ringling, junto a sus hermanos, eran los propietarios del circo itinerante Ringling. A principios del siglo XX, mediante fusiones y asociaciones, acabaron constituyendo el circo más grande y espectacular del mundo. Concretamente el Ringling Brothers & Barnum & Bailey Circus, resultado de la fusión del circo de los Ringling and Bailey Circus, ha sido el mayor y famoso circo de todos los tiempos desde 1871 hasta su final, en 2017. No se trata de reproducir aquí la información que podéis encontrar en las redes, pero sí de transmitir mis sensaciones.

ROD AND REEL PIER. ANNA MARIA ISLAND. FLORIDA

Cuando atraviesas la entrada del museo, los edificios del lado derecho están dedicados al circo. Existe un espacio que, a través de piezas de circo de museo, fotografías y audiovisuales, te traslada a una realidad circense de una dimensión colosal, inimaginable. A continuación, hay un museo del circo que hay que ver. No tiene sentido tratar de describirlo. Me referiré sólo a maquetas de circo y de villas y ciudades donde se instalaba el circo, increíbles en términos de dimensión y detalle de todo y todo el mundo, de cosas y personas. Me impresionó mucho la maqueta del tren de 120 vagones que trasladaba a la totalidad del circo, a lo largo y ancho de Estados Unidos. Destaco la exposición de uno de los vagones (que llevaba inscrito el nombre de “Wisconsin”), de los de verdad, por tanto, a escala real.

A la izquierda de la finca se encuentra el museo, 14.000 metros cuadrados de museo de arte, con veintiuna galerías que nos ofrecen más de 3.000 años de historia y de arte asiático, con piezas de artistas japoneses relevantes, así como arte chino e hindú, hasta más de 10.000 piezas (cuadros, pinturas, dibujos, esculturas, objetos…) de artistas europeos desde el período medieval hasta el siglo XIX.

John y Mable Ringling viajaron sin cesar a Europa buscando ideas para su circo y comprando obras de arte expuestas en el Museo, desde 1932: Rubens, Velázquez, Tintoretto, Lucas Cranach, Cornelios Van Cleve, Quinten Metsys, Piero di Cosimo, Della Robbia, Domenico Ghirlandaio, Veronese, Antonio Palma, Giovanni Antonio Fasolo, Poussin, Simon Vouet, Salvator Rosa, Fede Galizia, Guercino, Benedetto Gennari, Frans Hals, Karel Dujardin, Joseph Wright. Angelica Kauffmann, Benjamin West, Anton Raphael Mengs.

Hay que añadir la Galería de arte contemporáneo Keith D. Monda, espacio destinado a artistas actuales que, de forma innovadora, trabajan con vídeos y nuevas tecnologías, reservando un espacio para artistas que se dedican a los problemas más complejos y provocativos de nuestro tiempo.

MUSEU DALÍ. SAINT PETERSBURG. FLORIDA

El pabellón Kotler-Coville exhibe obras de artistas del vidrio modernos y contemporáneos y la Galería de la Comunidad, expone sin cesar obras de jóvenes artistas actuales, desconocidos, que quieren hacerse un nombre en el mundo del arte.

En el fondo del espacio de 27 hectáreas y frente al océano Atlántico, en la bahía de Sarasota, se encuentra el palacio veneciano de los Ringling, de 5.000 metros cuadrados y una torre de 30 metros de altura, cuyas paredes vieron políticos, artistas, empresarios, actores y todo tipo de celebrities de la época.

¿Os imagináis el impacto de este complejo, con todo lo que contiene, financiado con mecenazgo privado, visto desde los ojos de un europeo que ve cómo se ensanchan las grietas de lo que fue un Estado del Bienestar del que nos sentíamos orgullosos? Termino y vuelvo al Perelló.

No sin antes recomendaros, si vais por estas tierras, hacer unos pocos kilómetros más hacia el norte, rodeando la bahía de Tampa, para ir a visitar el Museo Dalí de Saint Petersburg. Después del de Figueres, el segundo museo monotemático de Dalí más importante del mundo y con obras importantes del catalán universal de los bigotes puntiagudos. ¡De nuevo, mecenazgo a la americana! Albert Reynolds y Eleanor Morse compraron obra a Dalí durante 40 años y el resultado es este museo, ubicado en un edificio arquitectónicamente remarcable.

Volver al Perelló ha sido regresar a casa. El mistral ha rugido fuerte, han bajado las temperaturas y se ha purificado el ambiente, hasta ese punto —bien conocido en estos lugares— en el que la nitidez del cielo permite que el sol haga resaltar todos los colores del verde de la vegetación y del azul del cielo y del mar y los pardos-dorados-blancos de las dunas de la Punta del Fangar. Hay momentos en que, desde casa, el color de la arena de las playas del Fangar, parece tan blanco como el de las playas de Sarasota en las que la arena fina de cuarzo es de las más blancas del mundo.

Ambiente otoñal a mediados de septiembre. Sol, viento, temperatura fresca por la mañana y por la noche. Baño al mediodía en agua lo suficientemente fresca como para despertarse de golpe, almuerzo en el porche con un clima ideal y unas vistas inmejorables, atardeceres preciosos con la luna creciente y noches de buen dormir con manta fina sobre la colcha.

En casa, las paellas ya se han convertido en tradición. Nos quedan un par con grupos numerosos de amigos. Los sábados 21 y 28 de septiembre. Pondremos punto final al verano y nos prepararemos para el otoño —de hecho, ya habrá empezado— y el invierno en el Delta.

FOTO DE CARME PAULINE RIOS. EL PERELLÓ. BAIX EBRE

Cada año que pasa aprecio más la tranquilidad y paz de estos parajes. Cada vez se me hace más pesado ir a Barcelona y, aunque puede parecer una hipérbole, no lo es, cada vez me cuesta más entender por qué los que pueden vivir lejos de esa locura urbana, siguen inmersos en el humo, el ruido, los turistas, la estética progregilipollas, la imagen de posmodernidad artificial, el estrés de los conductores y el esnobismo ridículo que pretende caracterizar la ciudad que los Juegos Olímpicos pusieron en el mapa del mundo de los touroperadores…

En El Perelló, se vive muy bien. Pero ahora no vengáis todos aquí. ¡No jodáis!

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2 thoughts on “EL PERELLÓ, FLORIDA, EL PERELLÓ

  1. Xavi dice:

    Jo trobo que escriure en el mateix post sobre diferents ciutats tant llunyanes , quan les experiencies es comparen i malgrat els contrastos et son tan properes, fan que la narració sigui interessant i et sorprengui. Un estiu molt distret, gaudint del sorprenent way of life americà per tornar a l’enyorat Perelló i alhora recordant amb estimació i simpatia transmet una continuitat de felicitat que segueix ben viva, i per molts anys!

    Vindrem aviat a veureus i probar la teva paella! Deus ser tot un mestre

    Abraçada

    1. josepmariavia dice:

      Moltes gràcies Xavier. Jo ho veig així. Els diaris descriuen, expliquen, intenten transmetre la vida quotidiana. Una vida és un fil continu fins que s’acaba de forma més o menys abrupta. I varia. Dia a dia, hora a hora, mes a mes, any a any… Jo, i en aquest cas la Romina, som nosaltres a Miami, a Sarasota o al Perelló. I els fets i els sentiments s’esdevenen sense solució de continuïtat en entorns diferents que ens provoquen sensacions i sentiments diversos. M’agrada compartir-los amb vosaltres. I també m’agrada una altra cosa: compartir àpats amb productes locals amb els bons amics! Ho tenim pendent i ho farem, Xavier!

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